Caminar tras el covid-19: «Manuel vuelve a andar, pero tuvo un pie aquí y el otro más allá»

Pablo Varela Varela
PABLO VARELA OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

MGUEL VILLAR

El servicio de rehabilitación del CHUO trabaja con pacientes afectados por la enfermedad, que deja tocado el sistema respiratorio y también los músculos

05 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El año que viene cumplirán 50 años de casados, y Manuel Rodríguez y Nuria Villar, vecinos de Cea, tendrán un doble motivo para celebrarlo. El 30 de marzo, Manuel ingresó en el CHUO con síntomas del coronavirus y estuvo casi un mes en la uci covid-19. A sus 70 años, su mujer cuenta que «tuvo un pie aquí y el otro puesto más allá», pero resulta que ganó la partida y ahora camina de nuevo.

«Aún le cuesta un poco, pero él dice que mejor, imposible. Vuelve a andar», dice Nuria. Manuel fue operado de su columna hace 20 años. Entonces le tocó partir de cero, al igual que ahora, pero va acompañado. El servicio de Rehabilitación y Medicina Física del hospital empezó a trabajar su movilidad a las dos semanas de entrar en la uci. Con él estaba María Yebra, una de las médicas del equipo. «Solo movía un poquito los pies y los dedos de las manos. Y además, él tenía problemas respiratorios de base», cuenta.

El virus, además de dejar tocado el sistema respiratorio, obliga a hacer una valoración integral del paciente. Cada uno de ellos reacciona de una manera diferente a la enfermedad, así que eso también determina un tratamiento individualizado. En el caso de Manuel, estuvo con ventilación mecánica hasta que se le trasladó a planta el pasado jueves. «La patología tiene una incidencia a nivel global. A él le afectó a los músculos y también a los nervios. Esas corrientes que generan los impulsos para el movimiento», ilustra Yebra. Aproximadamente uno de cada cuatro afectados sufre este tipo de dificultades tras padecer el virus. Y además, luego también juegan su papel los fármacos. «Estar conectado a un ventilador, a recibir medicación y una nutrición diferente implica un proceso de recuperación posterior», avisa Yebra.

Los cuidados, con el EPI

En el equipo de Rehabilitación y Medicina Física del CHUO hay dos médicos, uno para covid y otro no covid y postcovid, en turnos rotatorios; y además, entre cuatro y cinco fisioterapeutas, dos de ellos específicos para pacientes aquejados por el coronavirus y otros tres para los que han dado negativo o se están recuperando del proceso. En la uci específica, los cuidados se realizan con el EPI. Suena a obviedad, pero implica un esfuerzo extra. «Entramos con el equipo de protección a hacer una valoración del paciente, pero debemos echar un ojo a los nuevos y revisar a los que están. Es importante que sea una exploración funcional, de sus extremidades y músculos», dice Yebra.

María Yebra, antes de acceder a la uci covid-19 del CHUO con el traje de protección
María Yebra, antes de acceder a la uci covid-19 del CHUO con el traje de protección M. Y.

Eso, al final, desemboca en pautas personalizadas. A Manuel, que este lunes descansaba en una habitación de la llamada ‘pseudouci’ -como denominan los sanitarios a las zonas de descanso posterior a la uci covid-19-, le sorprendieron «los masajes en el pulmón» de los fisioterapeutas, según cuenta su mujer. Pero tiene su razón de ser. «Es importante una correcta prescripción de ejercicios, que aprenda bien qué puede hacer y cuáles no, y que entienda qué zonas han quedado dañadas, para que en casa siga con estas pautas», dice María Yebra.

«Él nota mejoría en el esfuerzo de los órganos. Hace cinco días no podía, pero ahora da pasitos acompañado», cuenta Nuria. Manuel echa de menos placeres terrenales como la comida y su café matutino. Y su mujer, mientras, agradece lo místico: «Aunque suene de risa, arriba hay un santo que lo protege».