Luis Pérez Freire: «En esta crisis la tecnología vendrá a ayudarnos, pero no va a hacer magia»

SOCIEDAD

Oscar Vázquez

El ingeniero y director general de Gradiant insta a abrir un debate profundo y neutral sobre la aplicación de rastreo de contactos para frenar el covid

06 may 2020 . Actualizado a las 11:32 h.

Las aplicaciones de rastreo de contactos pueden parecer decisivas para luchar contra el coronavirus en la fase de desescalada. Cuatro expertos del Centro Tecnológico de Galicia Gradiant elaboraron un informe en el que desaconsejan la adopción de estos ingenios tal y como están planteados ahora. Luis Pérez Freire (Marín, 1980) es uno de sus autores.

-¿Por qué disuaden del uso de este tipo de «apps»?

-¿Si nosotros no creemos en la tecnología, quién va a creer? Claro que debe ser una ayuda en este contexto de crisis. Es más, el rastreo se viene haciendo de forma manual, pero ahora se plantea si se puede utilizar una herramienta tecnológica que nos permita hacerlo mejor, de una forma más automática y masiva. Estamos de acuerdo en que la tecnología nos va a permitir hacer este trabajo mejor. El problema es que en las últimas semanas el debate acerca de estas aplicaciones se ha polarizado mucho en torno a la privacidad y se han generado dos facciones, dos modelos para hacer esto, que son el centralizado y el descentralizado. El debate se ha concentrado mucho en ver cuál es el mejor desde el punto de vista de la privacidad, pero no se hace caso a otras cuestiones que son importantes para ambos modelos, y ahí fue cuando nosotros decidimos que merece la pena un análisis con cierta profundidad y neutral. No nos encontramos ni en un bando ni en otro. Queremos ver dónde estamos y cuáles son los problemas de ambos, y que eso quede reflejado para que a esos aspectos les podamos dar una vuelta. No asumir que ciertas cosas funcionan mágicamente por detrás y nosotros solo nos ocupamos de cuál es el más respetuoso con la privacidad. Queremos resituar el debate.

-¿Preservar la privacidad no es esencial?

-Partimos de que estamos en Europa, donde se defiende mucho la privacidad, de forma muy garantista. Además, el Comité Europeo de Protección de Datos ha dicho que ambos modelos, tanto el centralizado como el descentralizado, son perfectamente válidos para cumplir la normativa. O sea, no se está proponiendo un modelo legal y otro que no lo es: ambos son legales, y esto es muy importante decirlo y tenerlo claro. Además, no tiene sentido desconfiar de nuestras Administraciones públicas más de lo que desconfiaríamos de cualquier empresa que fabrica una app para nuestro móvil y le damos permiso para acceder a nuestros contactos o a nuestra localización. Hay una cierta contradicción. Claro que la privacidad es muy importante, pero a lo mejor no somos consecuentes con todo lo que hacemos en nuestra vida diaria y con lo que ahora nos plantean, que es una aplicación para controlar mejor la expansión de la pandemia. Así que, si va a haber bases de datos donde se va a guardar información, estarán gestionadas por la Administración. De entrada, no debería sonar como algo muy preocupante.

-¿Le parece inevitable perder algo de privacidad en esta crisis?

-No me siento capacitado para afirmarlo. Solo desde un punto de vista personal, no técnico. Yo estoy del lado de la tecnología. Se trata de poner en la balanza si habría que ceder un poco, poniendo todas las garantías legales y tecnológicas. A diario ya confiamos un montón de datos personales a la Administración y también a muchas aplicaciones que nos descargamos, incluida la geolocalización. Es una cuestión de meter todas las piezas en el debate. Se quiere conservar la privacidad al máximo y que esto sea muy útil. Yo creo que lo sería más si se relajasen algunos requisitos. Este es el debate que abre el informe. Nada es 100 % blanco o negro. Hay que buscar un equilibrio.

-¿Cómo de importante va a ser la tecnología a partir de ahora?

-De una forma u otra, cada vez vamos a tener más tecnología de nuestra parte. Desde estas aplicaciones de rastreo de contactos hasta otras combinadas con inteligencia artificial que van a necesitar, seguro, acceder a muchos datos para dar recomendaciones fiables y de calidad. Por ejemplo, para calcular niveles de riesgo. Esto no va a sustituir otras precauciones que debamos tomar. Creo que en este momento ya ha llegado para quedarse eso de llevar mascarillas por la calle, algo que nos parecía impensable en Europa hace solo dos meses. Y la tecnología será una herramienta más de concienciación. Lo que no podemos pensar es que, como vamos a tener inteligencia artificial, podemos despreocuparnos. La tecnología vendrá para ayudarnos, pero no va a hacer magia. Ojalá estas aplicaciones de rastreo de contactos funcionasen correctamente y no perdiésemos nada de privacidad, porque ganaríamos muchísimo. Pero la realidad suele ser de otra manera. Si vamos a perder mucho con ellas y ganar poco, no tienen sentido. Se trata de estar en un punto medio: si perdiendo un poco, podemos ganar algo importante. Nos interesa a todos.

«En Europa nos hemos puesto en el extremo de que la privacidad por encima de todo»

Pérez Freire plantea si se va a tener que ceder en privacidad.

-¿Se puede aprender algo de la experiencia asiática con este tipo de «apps»?

-Allí hubo un escenario completamente distinto, muchísimo más invasivo desde el punto de vista de la privacidad que el que se está planteando en Europa. Aquí nos hemos puesto en el extremo de que la privacidad por encima de todo, y luego ya veremos qué podemos hacer. Ahí es donde nos encontramos: que tener una privacidad absoluta y una utilidad grandísima de estas aplicaciones no es tan sencillo, y hay que ceder un poco. Ese sería el punto de debate deseable, y ojalá hubiera salido antes. ¿Hasta dónde podemos ceder en privacidad? Por ejemplo, en el caso de un infectado, ¿es importante dar la localización para saber dónde tuvo lugar el contagio? Son cosas que ahora no están encima de la mesa y podrían haberlo estado.

-¿El debate también debe quitar el estigma sobre la palabra rastreo?

-Sí, sería deseable, pero también es cierto que en el modo manual ya se hacía. Si das positivo, el médico te va a preguntar con quién has estado en contacto los quince últimos días. Eso también se llama rastreo. Y ya estás revelando la información. Así que, lleguen las aplicaciones de rastreo de contactos o no, el rastreo se va a seguir haciendo. La información de con quién hemos estado se va a tener que revelar para luchar por la salud de todos. ¿Entonces por qué me tengo que preocupar tantísimo por no revelar nada de información a través de la app, cuando me la van a preguntar por otro lado? Son preguntas que no se pueden responder desde el punto de vista cien por cien técnico.