Las islas vuelven a la normalidad: «Es una libertad maravillosa»

Redacción

SOCIEDAD

En Formentera ya disfrutan, como en La Graciosa, El Hierro y La Gomera, de hábitos rutinarios como tomar un café. Los vecinos se reencuentran y, algunos, se dan los primeros baños en la playa

04 may 2020 . Actualizado a las 20:11 h.

Formentera, al igual que las canarias La Gomera, el Hierro y La Graciosa, han vuelto hoy a ese extraño eufemismo que ya se conoce como «nueva normalidad». Los ciudadanos de esta isla balear, de poco más de 12.000 habitantes, han entrado directamente en la fase 1 de la desescalada. Es decir, han recuperado la libertad de movimiento tras seis semanas de confinamiento.

Desde primera hora de la mañana, numerosos vecinos de la isla balear han salido a la calle para realizar hábitos, antes tan corrientes, y ahora noticia, como tomar un café en la terraza de cualquiera de los cinco bares abiertos en el núcleo urbano de Sant Francesc, a los que se suman, al menos, otros cinco comercios abiertos al público. «Es una libertad maravillosa», señala Lorena Jiménez, que se encuentra sentada en la terraza del bar Bon Temps. Jiménez, quien confiesa estar muy contenta e ilusionada con esta nueva etapa; desea «no volver atrás» y poder «volver a la playa, a la vida, a los amigos y a la familia», le explica a EFE.

Aunque por el momento no tiene previsto reunirse con los amigos, la que sí ha querido quedar en compañía es Olga Dargeel, una joven de origen germano que lleva residiendo en Formentera desde hace un par de años. Antes de «disfrutar del primer café» en libertad con un amigo, Dargeel aguarda la cola para poder sentarse en una de las terrazas, que registran una ocupación plena. «La gente ha salido para ver a los otros y es muy bonito», dice esta vecina alemana.

En la céntrica plaza de Sant Francesc, donde se ubica la sede de la máxima institución insular, se oyen las voces de las decenas de periodistas, fotoperiodistas y cámaras que se han trasladado hasta la isla para vivir este primer día de la fase 1.

El vaivén de vecinos y residentes de Formentera en este lunes casi veraniego podría recordar a los días previos de la pandemia, si no fuera por las mascarillas y la distancia social con la que cumplen para hacer colas en comercios y cajeros. En este mismo lugar, en Sant Francesc, se improvisa un atril para que la presidenta del Consell de Formentera, Alejandra Ferrer, ofrezca las primeras valoraciones de la jornada. Posteriormente Ferrer reconocería la jornada intensa que estaba por llegar y que ya se hacía notar y que «significa un cambio de costumbres muy importante que implica adoptar precauciones, sobre todo, aquellas personas más vulnerables».

La aclamada playa de ses Illetes, atestada de turistas en veranos anteriores, hoy se mantiene vacía y sin presencia de bañistas a pesar de que desde el Consell de Formentera entiende que el baño está permitido, aunque para ello han pedido una aclaración al Gobierno, tal y como ha recordado Ferrer en su comparecencia. Los informadores, por su parte, se distribuyen por los diferentes núcleos urbanos recordando a los formenterenses las medidas de protección que deben prevalecer, aun estando en la fase 1. Lavado de manos y distancia social, como hábitos fundamentales a partir de ahora.