La desescalada dispara las urgencias pero siguen muy lejos de las cifras previas a la crisis

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

SOCIEDAD

Zona de urgencias del HULA
Zona de urgencias del HULA ALBERTO LÓPEZ

La mayoría de los hospitales registran un elevado repunte, pero aún están al 50 o 60 % de su demanda habitual

05 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las urgencias de los hospitales gallegos vivieron mínimos históricos de afluencia durante el pico de la pandemia. El confinamiento, que reduce los accidentes de tráfico, en la vía pública y las lesiones deportivas, y el miedo a acudir a los servicios sanitarios, redujeron de forma drástica la visita a estos servicios. Tanto, que algunos especialistas, como los cardiólogos, tuvieron que lanzar una voz de alarma para no pasar por alto los síntomas de infarto.

Lo peor del SARS-CoV-19 parece haber pasado, y con el proceso de desescalada que se inició con la vuelta al trabajo de muchos sectores, las salidas de los niños y las prácticas deportivas individuales, las urgencias han vuelto a repuntar. Hasta el punto de que algunos complejos hospitalarios gallegos casi han duplicado las cifras en relación a las cifras más bajas del pico. Eso sí, la normalidad está lejos de volver. La mayoría de los centros aún están al 50 o 60 % de la demanda habitual previa al coronavirus e, insisten, es mejor no volver a esas cifras, porque sería muy difícil manejar la distancia entre pacientes y los circuitos separados de enfermos covid y no covid.

En el CHUS atendían una media de 500 pacientes diarios en urgencias de adultos, pediátricas y obstétricas. A finales de marzo llegaron a tener menos de 130 «algo absolutamente excepcional», explica Plácido Mayán, jefe de servicio. Ahora rondan las 200 diarias, «el jueves, por ejemplo, hemos tenido un pico de 270, pero la cifra suele situarse en torno a 200». La subida se ha producido en los últimos diez días, pero este profesional confía en no volver a cifras pre pandemia, «hay que mantener los dos circuitos separados de covid y no covid, lo que implica espacios y personal diferenciado, por lo que lo ideal sería no volver a esos niveles, ya no por el número de urgencias a atender sino por el hecho de que los pacientes estén en las salas de espera, lo que aumenta el riesgo de contagio».

En el HULA están aún a menos del 50 % de sus cifras habituales. Tienen de media unas 110 urgencias frente a las 230 de antes del virus. Eso sí, la subida ha sido considerable en los últimos días, ya que en los peores días de la crisis no registraron más de 60. Algo similar ocurre en el CHUO, en donde están más o menos al 60 % de la demanda habitual. Ahora se sitúan en unas 140 urgencias diarias frente a las 220 o 240 de antes de la crisis, pero en el pico del covid llegaron a bajar a 70, «este fin de semana hubo pacientes con problemas cardiovasculares vinculados a patologías previas. Nos preocupaba el descenso repentino de ictus e infartos, porque habían bajado de forma inexplicable. Pero era por el temor de la gente a venir al hospital. Ahora parece que han recuperado algo de esa confianza», explica Francisco Aramburu, coordinador del servicio.

En el Chuac admiten esta subida en los últimos días, ya que si en el peor momento de la pandemia el complejo —Hospital de A Coruña y Teresa Herrera— atendía menos de 200 urgencias al día, ahora superan las 230. No obstante, la media diaria de los dos centros antes del virus era de 553 pacientes. Prácticamente todos los hospitales experimentan un comportamiento similar. En Ferrol han pasado de las 180 urgencias diarias previas a la pandemia a las 70 en el pico del coronavirus, remontando ahora hasta las 85 u 90. Lo mismo ocurre en el Chuvi, las 341 de media de principios de marzo se quedaron en unas 160 en las semanas más críticas —un día incluso 118—, y ahora rondan las 230. En el CHOP también notaron la bajada en el confinamiento y que la afluencia es ya moderada en la desescalada.

Crónicos descompensados

Al igual que en otros hospitales gallegos, en el Chuac afirman que este aumento se debe en parte a los crónicos descompensados que llevaban tiempo sin acudir al hospital, así como a caídas y traumatismos que comienzan a llegar con el desconfinamiento. «Estamos notando un aumento de pacientes con patologías crónicas que están empezando a venir al servicio de urgencias porque llevan tiempo aguantando en casa —explica Plácido Mayán, del CHUS—, así como traumatismos». Se refiere en este último a caso a urgencias clima dependientes, es decir, aquellas que aumentan cuando cambia el tiempo, como los accidentes domésticos cuando la gente comienza a arreglar jardines y fincas.

Sigue el mal uso del servicio

Lo que no ha cambiado es el mal uso de este servicio de urgencias. Aramburu, coordinador en el CHUO, lamenta que algunos pacientes siguen acudiendo por dolencias leves que podrían atenderse en centros de salud y PAC. Lo mismo opina Plácido Mayán, «hemos notado que personas con patologías leves vuelven a acudir al servicio de urgencias, con el riesgo que puede darse en las salas de espera, es algo que deberíamos evitar».

Información elaborada con la aportación de Pablo Varela, Cristina Barral y Ángel Paniagua.