Amparo Fernández: «Sin garantía, es mejor no abrir a tener que cerrar en dos días»

Ramón Ares Noal
MONCHO ARES RIBEIRA / LA VOZ

SOCIEDAD

Carmela Queijeiro

Embajadora de TheQhair, la boirense considera que todos los salones deben tener un protocolo de seguridad

02 may 2020 . Actualizado a las 18:48 h.

A Amparo Fernández, directora de La Pelu, uno de los salones de belleza más prestigiosos de Galicia, el cierre por el coronavirus la cogió en obras de reforma de sus instalaciones de Cabo de Cruz, en el municipio de Boiro, y se vio abocada a actuar sobre la marcha para encauzar las actuaciones a lo que intuía que estaba por llegar.

Fernández asegura que está preparada para abrir su negocio el mismo lunes, pero prefiere esperar a tener plenas garantías de seguridad: «Nuestra profesión es de riesgo y no podemos jugárnosla. Sin garantía, es mejor no abrir a tener que cerrar en dos días. Todos los salones tienen que tener un plan de seguridad, sean grandes o pequeños, con estrellas o sin ellas».

La responsable de La Pelu es embajadora de TheQhair, la asociación profesional más prestigiosa del sector, y señala que tanto la entidad que representa como otras han creado protocolos de seguridad accesibles para todos los profesionales: «Quien no vaya a aplicar un protocolo será porque no quiere. Hago una llamada a la responsabilidad y al respeto a la salud de los clientes y a la nuestra para que todos cumplamos. No podemos arriesgar porque estamos hablando de una enfermedad mortal. Si hay que esperar unos días a abrir las puertas, debemos esperar».

Fernández va más allá y considera necesario que las fuerzas del orden controlen el cumplimiento de los protocolos en sectores de riesgo como el de las peluquerías: «De la misma forma que nos obligaron a cerrar justificadamente, ahora deben controlar que sea una reapertura con plenas garantías de seguridad para los clientes y para las profesionales».

La peluquera afirma que tiene una lista de espera enorme, pero que respetará las reservas de su clientela en primer lugar.

Mantiene además constantes reuniones con el personal a su cargo, con el fin de ir consensuando la forma de trabajar aplicando los protocolos, porque no quiere dejar nada a la improvisación: «El confinamiento no han sido unas vacaciones y tenemos que estar preparados para cuando abramos la puerta, y nuestro trabajo no nos permite mantener la distancia de seguridad, por lo que debemos tener muy claro la forma de actuar», agrega.