Sanidad fía la desescalada a unos datos sólidos por provincias que no existen

j. v. lado / m.varela REDACCIÓN / LA VOZ

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Las comunidades siguen inmersas en un baile de cifras para adaptarse a las exigencias

02 may 2020 . Actualizado a las 10:14 h.

Mucho tiene que mejorar de aquí al día 11 la gestión de los datos que ofrecen las comunidades autónomas, y que publica el Ministerio de Sanidad, para que reflejen la evolución real de la epidemia en la que el Gobierno pretende basar la desescalada. Unas cifras diarias y sólidas por provincias que a día de hoy no existen como tal o, al menos, la mayoría de autonomías no las notifican así. Más bien están inmersas en un baile de registros, actualizaciones y correcciones de las series históricas para adaptarse al último protocolo impuesto por Sanidad para tener controlados los casos nuevos que se vayan produciendo y las capacidades sanitarias para responder a ellos.

La unidad provincial, que puede tener todo el sentido del mundo para llevar un control de la movilidad poblacional, hace agua en cuanto se habla en términos sanitarios. Por ejemplo, el Hospital de Soria le da servicio a toda la provincia, pero Cataluña tiene siete áreas sanitarias, además de Barcelona ciudad. En el País Vasco también hay siete «comarcas sanitarias» con 16 hospitales principales. O el Servicio Andaluz de Salud, que está dividido en nada menos que quince «áreas de gestión sanitaria».

Ni siquiera hace falta irse tan lejos para entender la complejidad. El territorio gallego se organiza en base a siete «estruturas de xestión integrada»: A Coruña, Ferrol, Santiago, Lugo, Ourense, Pontevedra y Vigo. Incluso si se pone el foco en los distritos sanitarios, que sí se adaptan mucho más a la dicotomía rural-urbano de los territorios, la cifra se eleva a 14.

De hecho, el propio Sergas publica sus actualizaciones diarias de datos de acuerdo con estas siete áreas, con lo que las divisiones provinciales no encajan. A Estrada y Lalín, por citar dos casos, son concellos de Pontevedra y pertenecen al área de Santiago.

Ahora bien, para llegar con fiabilidad a ese nivel territorial, los principales indicadores de las autonomías y el registro global del Gobierno deberían estar homogeneizados y no es aún el caso, pese a los esfuerzos realizados durante los últimos días. Madrid notificó en el balance del jueves (los datos siempre son hasta las 21 horas del día anterior) 406 nuevos casos y ayer tan solo 52. En la Comunidad Valenciana, atendiendo a la literalidad de los datos, el miércoles ingresó en cuidados intensivos un paciente y el jueves 31 de golpe. La Generalitat de Cataluña tenía el día anterior —oficialmente, al margen de registros de funerarias— 5.773 muertos y ayer por la mañana en el informe de Sanidad había 5.061.

Parece claro que esas oscilaciones —más que a realidades clínicas y epidemiológicas— responden a cuestiones de notificación y a la depuración de los datos que están llevando a cabo para llegar al día 11 con un poco más de coherencia.

Retrasos y correcciones

El caso de Madrid lo explicó el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CAES), Fernando Simón. Aunque ayer la comunidad solo sumase como nuevos esos 52 casos, en realidad a la serie histórica añade otros 658, porque «recibieron datos de laboratorio con tres y cuatro semanas de retraso» y han tenido que «corregir toda la serie histórica».

Por lo demás, las cifras generales de la evolución de la epidemia siguen ahondando en la tendencia decreciente. Los fallecimientos diarios continúan por debajo de los 300 (281 exactamente, por lo que suman un total de 24.824) y los 1.309 nuevos casos suponen un incremento del 0,5 %, mientras que los 2.628 nuevos curados indican un crecimiento del 2,5 %.

Madrid cuenta 5.187 muertos más de los que recoge el informe del Gobierno

La Comunidad de Madrid estima que un total de 13.409 han fallecido en la región con sospecha o confirmación de covid-19 en base a la información recopilada por el departamento de Sanidad Mortuoria en función de los certificados de defunción. Esta cifra supone 88 decesos más con respecto al balance de ayer y a su vez representa un incremento de 5.187 muertes como consecuencia del coronavirus en relación con la contabilidad que realiza el Ejecutivo central.

Concretamente, un total de 8.203 se refiere a decesos en hospitales (aunque Sanidad Mortuoria tiene un desfase de días en sus datos), a los que se suman 4.355 en centros sociosanitarios (como pueden ser las residencias), 827 muertes en domicilio y 24 en otros lugares, entre los que figura la vía pública. Con estos datos, los fallecidos en centros residenciales suponen el 32,4 por ciento del total habido por la enfermedad y los decesos en el propio domicilio concentran casi el 6,1 por ciento.

No es el único caso en el que existen diferencias más que significativas entre unos y otros registros de mortalidad. En Cataluña, la Generalitat lleva contabilizadas 10.772 víctimas, con los datos aportados por las funerarias, mientras que en el informe del Ministerio de Sanidad figuran 5.061, menos de la mitad.

En Castilla y León se han notificado 2.352 muertos con coronavirus o síntomas compatibles en residencias de mayores desde el inicio desde el inicio de la epidemia. Esta cifra representa un 132,88% del total de fallecidos en la comunidad autónoma.

Los territorios como Galicia podrán salir antes del confinamiento

«Hay territorios en los que el proceso va a ir mucho más rápido que en otros. Eso creo que lo podemos entender todos. Son territorios en los que ha habido una incidencia muy baja, poseen suficientes capacidades sanitarias y, además, pueden acceder a capacidades de otros territorios cercanos. Las poblaciones no tienen un nivel de concentración tran grande como en otros lugares», explicó ayer el director del CAES, Fernando Simón, para poner sobre la mesa que provincias como las gallegas pueden estar listas ese día 11 para entrar en la primera fase de la desescalada. «También es cierto que en esos territorios, en los que ha habido menor incidencia, tampoco están tan alerta como puedan estar en los lugares donde han sufrido esta epidemia de una manera mucho más intensa. Hay que hacer un trabajo muy importante de concienciación a medida que se vayan levantando algunas de las restricciones», añadió el epidemiólogo para quien, «con la experiencia vivida y con los riesgos a los que nos exponemos si hubiese un nuevo repunte de casos, tenemos que ser todos muy conscientes de que la prudencia nos debe guiar y debe ser uno de los valores que utilicemos a la hora de plantear posibles levantamientos de restricciones».

Las cifras, en general, acompañan. Aunque en el informe de ayer de Sanidad figuran 151 casos nuevos, frente a los 22 del día anterior, todo apunta a que se trata de un asunto de desajustes de notificación más que de incidencia real de la epidemia, porque los casos activos, según los datos del Sergas, son 129 menos y han bajado en todas las áreas sanitarias excepto en la de Ferrol, que tiene exactamente la misma cifra. También los hospitales cuentan en estos momentos con 56 ingresados menos y la ocupación de unidades de cuidados intensivos con positivos por covid-19 sigue bajando. Son dos menos que en la jornada anterior, y 45 personas en total frente a los 178 que llegó a haber.

La tasa de crecimiento (-3,9 %) y el número reproductivo instantáneo (0,79), aunque entrarían dentro de lo exigido, sí tienen que mejorar porque están entre los peores datos del país.

Los fallecimientos son ya 557 después de que ayer perdiesen la vida un hombre de 70 años en el Chuac de A Coruña, otro de 84 en la Clínica Santa Teresa de Ourense y otro de 69 en el CHOP de Pontevedra.