Los «mercados húmedos» reabren en China: ¿deben preocuparnos en Galicia?

SOCIEDAD

Imagen de un mercado húmedo en Wuhan
Imagen de un mercado húmedo en Wuhan

Aunque el de Huanan, donde se cree que se pudo originar el brote, sigue cerrado, la actividad vuelve a estas plazas «impensables» en Galicia. Aquí no llegan los productos de los «wet markets» , pero sí sus consumidores

29 abr 2020 . Actualizado a las 00:34 h.

En Wuhan, muchos de sus concurridos wet markets o mercados húmedos siguen en activo. Estos puestos donde se mezclan animales silvestres vivos, algunos comercializados de forma ilegal como el pangolín, con carne cruda, vísceras o órganos y donde incluso hay sacrificios son parte de la cultura asiática. La hipótesis de que la fuente del brote del SARS-CoV-2 pudo estar en una de estas plazas, la del mercado mayorista de mariscos de Huanan, cerrado desde el 1 de enero, ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a publicar un informe donde insiste en las medidas higiénicas.

«La carne de animales salvajes cruda o los platos crudos a base de sangre de estos no debe consumirse. Son un alto riesgo de infecciones», remarca la FAO. La organización dedicada a la alimentación de Naciones Unidas pide también que especialistas en salud animal participen en la gestión del coronavirus.

La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) recuerda a su vez que, aunque el mayor riesgo de propagación de covid-19 es a través de la transmisión entre personas, «se están realizando estudios para comprender su epidemiología y la participación de animales como reservorio de virus o huéspedes intermedios». Las últimas restricciones al comercio de especies salvajes en China tras el brote no son suficientes. La ONU y colectivos como Igualdad Animal piden el cierre de estos mercados callejeros por el riesgo que suponen para la salud pública.

Países como China tienen que pensar en prevenir antes que tomar medidas a posteriori

«Impensables» en Galicia

En países donde rige un control alimentario más estricto, estos puestos, con características parecidas en otras partes del mundo, no están permitidos. «Incluso en las ferias más desreguladas en Galicia, el ganado está separado, y hablamos de especies controladas e identificadas. No se mezclan animales vivos, menos aun exóticos, con carnes o elaborados bajo ninguna circunstancia. Los mercados húmedos que hay en China, donde puedes encontrar juntos anfibios y aves en un punto de venta, sangre e incluso a mascotas paseando, aquí son impensables desde hace años», indica Carlos Franco Abuín, profesor de la USC en el área de Nutrición y Bromatología.

La importación de alimentos y animales también está fuertemente regulada y vigilada dentro de la Unión Europea, pero «no podemos impedir la libre circulación de las personas en un mercado global», recuerda Franco Abuín, que también es el director de Calidad en el Laboratorio de Higiene, Inspección y Control de Alimentos (LHICA), en Lugo.

Otros casos de zoonosis

La gripe porcina, la aviar, el VIH, el MERS, el ébola o la enfermedad de las vacas locas con la que Franco Abuín tuvo que lidiar en Galicia en los 90 son otros casos de zoonosis, transmisión de animales a humanos, previos al SARS-CoV-2. «Todos los seres vivos tienen un genoma muy parecido y, al final, comparten muchas enfermedades y hay procesos transferibles», detalla.

No se pueden mezclar animales vivos con carnes o elaborados bajo ninguna circunstancia

Caldo de cultivo de virus

«Los animales guardan una reserva potencial de agentes patógenos cuyas características desconocemos en muchos casos. Si no saltan a las personas es porque el contacto con ellos es muy escaso», explica el profesor de la Facultad de Veterinaria. El problema, continúa, es cuando se produce este contacto. Bien porque se invade su medio o porque se comercializan en mercados clandestinos.

«Si todas las personas del mundo estuvieran más quietas en sus casas habría menos posibilidad de pandemias, pero probablemente muchas se morirían de hambre porque no habría no comercio. El problema es que el planeta está superpoblado. Somos más de 7.700 millones», admite. Solo la suma de China y la India suponen unos 3.000 millones de habitantes.

La defensa de la «salud única», el One Health mundial que reivindica la OMS, con normas de salubridad y control en la higiene comunes y protocolos compartidos es, coincide Franco Abuín, más necesaria que nunca.

«Países como China tienen que pensar en prevenir antes que tomar medidas a posteriori. Lo que pasó es algo que acabaría pasando en cualquier momento. ¿Qué sucede? Regular todo esto es caro. Tiene que hacerlo el Estado y a muchos pequeños productores los obligas a formarse y gastar un dinero que no tienen. Además, no ves un rédito inmediato. Pero, lo que te estás jugando, aunque sea remoto, tiene una dimensión y un gasto de los que solo te das cuenta cuando se desencadena una epidemia. Lo estamos viendo ahora», termina.