Yolanda tuvo cáncer muy joven y tradujo lo que le pasaba a palabras bonitas. Ahora lo hace con el coronavirus
28 abr 2020 . Actualizado a las 15:49 h.Hay personas que miran al mundo cada día como si acabasen de descubrirlo. Parece que todo lo que ven asombra y maravilla a sus ojos. Entre ese tipo de gente está Yolanda Martínez, madrileña de cuna y vecina de Sanxenxo. Ella puede fascinarse aunque esté encerrada entre cuatro paredes. Lo hizo ya hace diez años, cuando tuvo cáncer a una edad en la que uno se cree inmortal. Con 22 años, estaba en Madrid, en el hospital, aislada y recibiendo trasplante de su propia médula. Tuvo que pasar un mes confinada en el hospital. Corría el 2010 e Internet todavía no lo inundaba todo. Así que se quedó bastante sola, con su imaginación como compañera de cama. No le pudo ir mejor. Escribió un libro, grabó vídeos y, sobre todo, se conoció un poco más a sí misma. Ha pasado una década desde entonces y su vida es otra. Pero el confinamiento, por obra y gracia del coronavirus, ha vuelto a asomarse a su realidad. Y, una vez más, ha hecho que su imaginación desborde. Ella es la creadora de Bichito con corona. Todo un invento.
Yolanda, que se vino a vivir a Sanxenxo por amor a Esteban, con el que hace cuatro años tuvo una hija, Zeltia, reconoce que los primeros recuerdos que se le vinieron a la mente cuando empezó el confinamiento fueron los de la etapa más dura de su vida; cuando luchó contra un cáncer linfático, al que ella apodó «mi cangrejito». «Me acordé de cosas que parecían olvidadas, como aquella Navidad en la que pusimos un cristal en casa y yo, que estaba sin defensas, estaba de un lado y la familia del otro. Nos besábamos con el cristal por el medio», indica. Pero, tal y como es marca de la casa en ella, no solo se acordó de lo duro que fue vencer al tumor. Rescató también la energía de aquellos días. Y comenzó a crear, como entonces.
Con su voz de dobladora
Dado que estaba buscando un cuento para enseñarle a su hija de qué iba eso del coronavirus, decidió armar una narración propia. Así nació Un bichito con corona, un cuento infantil donde el coronavirus no deja de ser un animalillo diminuto que quiere molestar un poco y que se acaba aburriendo y marchando porque todo el mundo se mete en su casa y no le hace caso. Al principio, lo hizo en versión papel, dando la posibilidad a los niños de pintar y recortar. Pero luego decidió que tenía que lanzarse a ponerle sonido. Aportó su voz de dobladora, esa misma que le sirvió para colarse en series conocidas como Cómo conocí a vuestra madre, y colgó en Internet su cuento. Está a disposición de quien quiera escucharlo tanto en YouTube como en Hilos y Ballenas, el espacio creativo y negocio de Yolanda.
Porque esta mujer, además de imaginativa, es autónoma. Ella, su marido y su suegro regentan alojamientos turísticos en Sanxenxo; apartamentos de veraneo imposibles de olvidar para los niños porque Yolanda se encarga de pintar en las paredes a Bob Esponja o a Peppa Pig o de que no falten juguetes especiales por si llueve y falla la playa y la piscina. Además, ella tiene desde hace tiempo una tienda virtual llamada Hilos y Ballenas donde ofrece tazas decoradas, camisetas, turbantes, bolsos... Todo hecho por ella. En todos esos objetos está presente el bichito con corona. Hay tazas para regalar a esos vecinos que tanta vida dan en los balcones, a los héroes que salen a trabajar o incluso al que lleva todo el confinamiento refunfuñando en casa.
Yolanda insiste en poner negro sobre blanco. Y la experiencia le muestra que es importante hacerlo así. Cuando tuvo cáncer, colgó vídeos en las redes narrando su lucha. Mostraba su deterioro físico y lo duros que eran los tratamientos. Pero también su valentía. La magia de Internet hizo que uno de esos vídeos lo viese desde Sanxenxo un chaval llamado Esteban, al que tanto le impactó lo que contaba que quiso conocerla. Se enamoraron, se casaron y tuvieron a Zeltia, la niña que ahora inspira a Yolanda para traducir la vida a bonitos cuentos.