Alejandro Llovo: «Los animales pueden actuar como saco ciego, tener el virus pero no transmitirlo»

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

SOCIEDAD

carmela queijeiro

El profesional ribeirense descarta que las mascotas puedan a día de hoy contagiar el covid a los humanos

25 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Pese a la actual situación de confinamiento, el día a día de los veterinarios se mantiene prácticamente igual que antes de la irrupción del coronavirus. Las consultas nunca llegaron a cerrar y los dueños de mascotas acuden a ellas con la frecuencia de siempre o incluso con más, ya que el encierro ha generado cierta preocupación por el bienestar de los animales. La transmisión del covid-19 entre personas y mascotas ha sido una de las grandes preocupaciones del sector, pero el ribeirense Alejandro Llovo asegura que, a día de hoy, no hay duda alguna al respecto.

-Han salido a la luz algunos casos de mascotas infectadas.

-Sí, un par de casos de perros en China y un gato en Bélgica, pero se cree que esos positivos pudieron deberse incluso a la ingesta de partículas infectadas por el virus. Los test PCR que se practican detectan la cantidad de carga viral que tiene el animal; puede ser suficiente para dar positivo, pero tratarse de partículas que ya entraron muertas en su cuerpo.

-¿Está totalmente descartada entonces la posibilidad de contagios?

-Los animales pueden actuar como saco ciego, tener el virus pero no transmitirlo. El coronavirus procede de un animal y mediante una mutación ha sido transmitido a una persona, aunque los animales pudieran tenerlo, no podrían contagiar a los humanos. A día de hoy, esa posibilidad está totalmente descartada.

-¿Existió en algún momento temor sobre posibles contagios en Barbanza?

-Yo no lo percibí. Creo que la gente contrasta cada vez más las noticias y busca información fidedigna para resolver sus dudas.

-Y entre los profesionales del sector, ¿hubo temor al principio?

-No, porque la información nos llegó relativamente rápido y también se investigó el tema con celeridad. El motivo, está claro. No podíamos enfrentarnos a un confinamiento, con las mascotas recluidas en las casas con las familias, sin tener claro si existía riesgo de contagio.

-¿Deberían estar lo dueños de mascotas alerta sobre posibles síntomas?

-De momento no se ha detectado sintomatología alguna en animales. Salió a la luz el caso de un perro en China que tenía vómitos y diarrea. Dio positivo en coronavirus, pero quedó demostrado que esos síntomas eran debidos a otras afecciones que sufría, que fueron también las que le provocaron la muerte. Aquí la cuestión que está en el aire es que se trata de un virus nuevo y desconocemos por lo tanto cómo será su evolución.

-¿Ha provocado la pandemia cambios en la rutina de los veterinarios?

-Hay cambios a nivel organizativo, porque pedimos a todos los clientes que concierten cita previa para evitar que se acumule gente en la clínica, con el fin de garantizar el distanciamiento social. También se recomienda que los propietarios no entren en la consulta con sus mascotas; si es imprescindible, nos protegemos con mascarilla y pantalla.

-¿Los clientes acuden con normalidad o hay miedo?

-De momento, vienen con normalidad. Incluso hemos atendido más desparasitaciones de lo normal. Lo atribuimos al confinamiento, porque hay una convivencia más cercana con las mascotas y se perciben por lo tanto los parásitos, y porque el encierro ha coincidido con el momento de su eclosión, con la llegada del buen tiempo.

-¿En su centro, Clínica Veterinaria Riveira, se mantiene la atención a domicilio?

-Intentamos evitar la atención en domicilios, pero si no queda otra salida, vamos. Yo llevo atendidas cuatro o cinco urgencias fuera de la clínica desde que empezó el confinamiento. Primero, porque es en la clínica donde tenemos los mejores medios y segundo, para evitar contagios. En cuanto al horario de la clínica, adelantamos el cierre una hora, a las 19.00.

-¿Sufrirá mucho el sector esta crisis?

-De momento, somos unos privilegiados porque seguimos trabajando. En el futuro, nos afectará a nivel económico, porque la crisis que se avecina es global y nadie podrá escapar.