Un pequeño detalle para reconocer una gran labor

Ana Lorenzo Fernández
A. Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

SOCIEDAD

cedida

Compañeras de Marisol Guerra quisieron agradecerle su gran esfuerzo por confeccionar más de 200 mascarillas

23 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Si algo ha tenido de bueno la crisis desatada por el coronavirus es que ha permitido sacar a la luz la solidaridad y la implicación de muchas personas, que lo están dando todo para intentar acabar cuanto antes con esta situación. Entre ellas está Marisol Guerra, un auténtico ejemplo para sus compañeras de la fábrica Actemsa de A Pobra, que no tienen más que palabras de reconocimiento por todo lo que hace.

Explican que esta vecina de Rois, que lleva cerca de veinte años trabajando en la conservera pobrense, no ha parado de coser mascarillas desde que se conoció la pandemia. «Todos os días vén a traballar, logo ten que coidar aos seus pais, que son maiores, e tamén da súa familia, e aínda ten tempo para poñerse a coser», apunta su amiga Laura Suárez.

A todo este esfuerzo hay que añadir que Marisol reparte las mascarillas de tela gratuitamente entre todos sus conocidos, «e incluso manda para os nosos familiares. A nós na fábrica xa nos deron unhas para traballar, pero hai moita xente que non ten para saír á rúa. Ela incluso fixo para varios axentes da Garda Civil», explica Suárez.

Calcula que ya suma más de 200 unidades fabricadas, «e incluso fai varios tamaños para homes e para nenos». Con toda esta producción, Marisol Guerra se ha quedado sin material y ha ido pidiendo más gomas y tela a sus compañeras para poder seguir confeccionando más mascarillas y ayudar a más gente.

Sorpresa

Para agradecerle todo este trabajo, sus amigas decidieron sorprenderla con un pequeño detalle con el que reconocen todo el esfuerzo que está realizando. Así que colocaron en la mesa que normalmente utiliza para comer una planta, una caja de bombones y un cartel en el que le daban las gracias.

«Cando ía achegándose poñía unha cara rara e miraba para nós porque non entendía nada», recuerda Laura Suárez, que confiesa que al final se sintió muy agradecida por este pequeño detalle.