Sanidade vincula el descenso de la curva en Galicia con la anticipación de algunas medidas

SOCIEDAD

ALBERTO LOPEZ

La oposición critica el tono «triunfalista» de Vázquez Almuíña y que mostrara ningún atisbo de autocrítica en la gestión

22 abr 2020 . Actualizado a las 17:41 h.

Galicia registró el pico de la pandemia del coronavirus hace tres semanas, con 178 personas ingresadas en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales el día 4 de abril y 15 personas fallecidas. Estos indicadores se han rebajado prácticamente a la mitad, con ocho víctimas mortales registradas este martes y 96 pacientes en uci, el 46,1 % menos. Son cifras todavía muy negativas que el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, trasladó este miércoles al Parlamento gallego, pero que le valieron para constatar que «estamos no descenso» en la evolución de la curva, algo que atribuyó a factores como la anticipación de algunas decisiones desde la Xunta o al mayor grado de dispersión de la población gallega.

Almuíña compareció ante la Diputación Permanente del Parlamento para dar cuentas de la gestión de su área frente a la pandemia del COVID-19 y defender que, aunque los indicadores están mejorando, el Gobierno gallego y el Sergas deben mantenerse alerta y preparar el terreno «para posibles fases» que pueda tener la epidemia. Aprovechó su intervención para hacer una actualización de los datos: 6.641 personas infectadas por coronavirus, lo que supone 225 más que el martes, 96 pacientes en uci, 1.625 altas hospitalarias y 475 pacientes fallecidos, 368 de ellos en hospitales. En cuanto a a tasa de letalidad sobre el total de contagios, se sitúa en el 4,13 % en Galicia, según el conselleiro, mientras que en el conjunto de España «está tres veces por encima», dijo, al situarse en el 10,4 %.

El responsable de Sanidade repasó, parcela a parcelas, las decisiones que se fueron tomando en Galicia de forma anticipada al resto del Estado frente a la epidemia. Desde la creación de la comisión interdepartamental hasta la suspensión de las clases escolares presenciales, un día antes de que fuera declarado el estado alarma, pasando por la adquisición de material sanitario en el mercado internacional. «O 28 de febreiro fíxose a primeira compra», puntualizó Vázquez Almuíña, cuando el primer infectado por COVID-19 en Galicia se registró el 4 de marzo.

Los escenarios que se manejaban para Galicia eran muy diferentes hace unas semanas, cuando se preveía que el pico de contagios y de pacientes en uci se registraría hacia finales de abril, señaló el conselleiro. En cambio, no está ocurriendo eso. ¿Por qué?. Pues el máximo responsable del Sergas lo atribuye a que «Galicia tomou decisións antes que outros», como el cierre de colegios, algo que unido a otras circunstancias como la mayor dispersión o la inexistencia de grandes ciudades, ayudó a reducir la cadena de contagios.

Los grupos de la oposición afearon que el conselleiro no mostrara ningún atisbo de autocrítica con la gestión de la epidemia. «Para vostede nada saiu mal na súa xestión e iso é imposible», manifestó Antón Sánchez, portavoz del Grupo Común da Esquerda. «Non hai motivos para o trifunfalismo para una pandemia que deixa máis de 400 mortos», subrayó la líder del BNG, Ana Pontón, mientras que Davide Rodríguez, el Grupo Mixto, y el secretario general de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero, pusieron el acento en los recortes sufridos en los últimos años en el sistema público de salud. Caballero llegó a reconocer el «esforzo que está facendo» el conselleiro de Sanidade, pero advirtió que la llegamos a esta crisis «con menos camas hospitalarias e menos profesionais que hai una década», lo que en su opinión rebajó también la capacidad de respuesta.

Desde e PP, su portavoz, Pedro Puy, respaldó la gestión del Gobierno gallego arguyendo que la sanidad pública «ten superado o maior test de estrés» y cree que, solo eso, ya echa por tierra todo el discurso que lleva esgrimiendo la oposición desde hace años sobre los recortes y el desmantelamiento del sistema de salud.