La cuarentena reduce los desplazamientos hasta el punto de poder viajar de Curro a O Grove sin cruzarse más que con cuarenta vehículos
21 abr 2020 . Actualizado a las 10:32 h.No es ningún secreto que el confinamiento implantado para intentar contener el avance del coronavirus ha sacado de la carretera a un buen número de vehículos. Pero los datos que ofrece la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, correspondientes a las cinco semanas transcurridas desde el inicio de la cuarentena, permiten calibrar hasta qué punto. Y, además, percibir el golpe que la pandemia ha propinado a una actividad clave para la economía de la comarca de O Salnés: el sector turístico. La comparación entre esta Semana Santa y el mismo período festivo del año pasado, que se extendió entre el 13 y el 21 de abril, resulta contundente: el número de desplazamientos que soportó la autovía que articula la comunicación entre la AP-9, Sanxenxo y, por extensión, O Grove, cayó en un porcentaje del 91 %.
El estado de alarma invirtió, de hecho, la secuencia normal en cada uno de los siete tramos en los que se divide la vía de alta capacidad. Lo habitual es que los festivos centrales del jueves y el viernes santo multipliquen la intensidad del tráfico con respecto al resto de las jornadas de la Semana Santa, con registros diarios que en el 2019 alcanzaron los 24.000 vehículos, para que el fin de semana creciesen hasta sobrepasar la barrera de los 27.000. Un año más tarde, la lectura es demoledora. El día de mayor movimiento fue el sábado, 11 de abril, que en algunos tramos se contentó con 1.981 desplazamientos, cuando la fecha equivalente del 2019 mostraba 26.753. Concretamente, entre los enlaces de Meis y de Ribadumia. El Domingo de Ramos fue la jornada más baja: apenas 539 vehículos alcanzaron Sanxenxo.
Ni siquiera la reactivación de actividades como la construcción ha conseguido levantar las cifras de forma significativa: es verdad que la intensidad media de la semana pasada fue mayor en la autovía, con cifras que superaron los dos millares de desplazamientos, pero no lo es menos que palidecen con respecto a los 14.000 que se calcularon en los días posteriores a la Semana Santa del año anterior. Ayer, hacia las once de la mañana, era posible recorrer los 19 kilómetros que separan Curro de Sanxenxo sin cruzarse más que con 32 vehículos, de los que una tercera parte eran transportes de mercancías y coches de empresa. Los trece kilómetros de vía rápida que restan hasta O Grove no depararon un mayor número de encuentros: apenas una decena de cruces. «Que lle quere, hai que quedar na casa», manifestaba con aplomo un vecino de San Martiño mientras llenaba una garrafa de combustible en la estación de servicio, probablemente para alimentar su desbrozadora.
En San Martiño de Meis: duchas y café
En la gasolinera de San Martiño de Meis no hay demasiado movimiento. Al margen del repostaje, la estación se ha convertido en un punto que frecuenta la gente que trabaja a la hora de tomar un café exterior. «Paran bastantes camioneiros estranxeiros para ducharse, porque aparecemos nas súas aplicacións, pero isto segue baixo de todo», indica el único operario que atiende el turno de mañana.
En Sanxenxo: días de ERTE
Silvia Montoya es la responsable de la estación que se abre al pie de la autovía, en Sanxenxo. «La semana pasada, con la construcción, mejoramos algo, pero las dos anteriores, nada de nada». Cuando normalmente trabajan cuatro personas por turno, ahora hay una sola: «Tuvimos que recurrir a un expediente de regulación de empleo para diez personas». Su cafetería está cerrada, pero es posible conseguir un café para llevar, bocadillos o una pizza. En la gasolinera funciona, además, un supermercado Merca Express.