Sorpresa y escaso apoyo entre expertos y padres a la fórmula elegida para dejar salir a los niños

SOCIEDAD

Xoán A. Soler

Ven más riesgos en la visita a un supermercado que en permitir los paseos al aire libre para los menores

21 abr 2020 . Actualizado a las 21:35 h.

Había gran expectación sobre la fórmula que el Gobierno articularía para aliviar el confinamiento de los menores. Sin embargo, la decisión comunicada por el Ejecutivo de permitir que a partir del próximo 27 de abril acompañen a los adultos en las salidas ya autorizadas, como a supermercados, farmacias y bancos, pero prohibir los paseos no había recibido gran acogida entre padres y expertos. La rectificación del Ejecutivo llegó a consecuencia del revuelo surgido tras el primer esbozo de unas medidas que se supone que tendrían que haber quedado definidas ayer.

DIANA LAMEIRO - Logopeda, psicomotricista y madre

«No puedo entender esta medida, yo no llevaré a mis hijos a un supermercado»

«Sin sentido», así ve la directora del centro Lingoreta de logopedia, psicología y pedagogía la idea de que la relajación del confinamiento para los niños suponga acompañar a los padres al supermercado. «No puedo entender esta medida. Un supermercado es precisamente un lugar de posible contagio y en el que los niños tienen un exceso de estímulos. Es un lugar donde es muy difícil que no vayan a tocar nada, ninguna de esas cosas que al llegar a casa los adultos incluso lavamos. Además, tal y como están ahora los supermercados ¿creemos que un niño puede estar a la cola treinta minutos tranquilamente?», explica, añadiendo que la situación creará ansiedad en los niños y en los padres. A esa situación contrapone las posibilidades que daría, sin embargo, la opción de un paseo. «Paseando por la calle sí pueden ir más controlados. Podemos distraerlos jugando a saltar o bailar de nuestra mano. Podemos ir despacio, hablando con ellos y aprovechando para explicarles lo que ven, por qué ahora la gente va con mascarillas, por qué no podemos pararnos... Si para mí como adulta esta nueva situación de no vernos las caras es impactante, imagina para ellos. Así que ese paseo también sería pedagógico». Apunta que quizás ir a por el pan u otras tiendas en las que se entra de uno en uno, incluso haciendo que sea el niño el que pida el producto, puede resultar más lógico y útil. Pero afirma rotunda: «Yo con mis niños pequeños, al supermercado no voy a ir».

JUAN GESTAL - Experto en Medicina Preventiva y Salud Pública 

«No es apropiado trasladar a un niño a un lugar cerrado con otras personas»

El profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública y director de la Cátedra de Hidrología Médica USC-Balnearios de Galicia, Juan Gestal, se mostró crítico con la medida tomada por el Gobierno. «Tanto concentrar las salidas en esos supuestos y escenarios como algunas propuestas por horas y franjas de edades, me parecen ideas, cuando menos, extrañas», asegura.

«Lo más lógico hubiese sido permitir una salida para un paseo controlado, sin alejarse demasiado del domicilio, y después ir normalizando esas situaciones», argumenta. «No me parece lo más apropiado trasladar a un niño, para que salga de casa, a otro lugar cerrado donde hay otras personas, si realmente de lo que se trata es de aliviar el confinamiento para los niños», añade.

«Además, hay que reflexionar sobre el control al detalle del comportamiento de la población, porque es probable que si no pueden pasear al aire libre, acabe siendo un problema añadido para los padres gestionar esas salidas al supermercado, al banco o a la farmacia, una vez que pase la novedad inicial», afirma. «Sin duda, a nivel sanitario, esos escenarios suponen un riesgo añadido», zanja.

FERNANDO LACACI Y ROGELIO CARBALLO - Padres y representantes de federaciones de anpas de Galicia

«Non se atreveron: isto non soluciona o problema dos nenos e supón máis riscos»

Sorprendidos. Así definen su estado tras conocer el plan del Gobierno tanto Fernando Lacaci, presidente de Anpas Galegas, como Rogelio Carballo, presidente de Confapa (CEAPA en Galicia).

«Sempre tivemos unha postura moi respectuosa. Fronte aos gurús que proliferan, entendemos que as decisións teñen que ser das autoridades sanitarias, nós non somos competentes. Pero isto sorprendeunos. Dá a sensación de que o Goberno non se atrevía a deixalos saír e buscou unha opción B para responder ás expectativas que os propios gobernos xeraran. Unha maneira de contentar a todos, que sempre é garantía de cabrear a todos», dice Lacaci. Él tiene claro que como padre no haría uso de las nuevas prerrogativas: «Non me parece aconsellable dende o punto de vista dun pai temeroso, cando eu mesmo vou ao súper con certo medo. A un neno pequeno nunca o levaría a eses sitios aos que xa os adultos vamos con sumo coidado. Nun supermercado andamos medindo as distancias entre nós, comprando o máis rápido que podemos... nesa situación é imposible levar todo o tempo a un neno da man», abunda. Y apunta a que los niños necesitan un «dinamismo» que difícilmente les va a aportar hacer cola ante una farmacia. Para el representante de Anpas Galegas, por parte del Ejecutivo sería «máis honesto dicir que de momento a situación non aconsella que saian, que recurrir a un quero e non podo que engade confusión».

Por su banda, Rogelio Carballo también apunta que «dá a impresión de que non se atreveron a dar unha solución, improvisaron e tiraron pola rúa do medio, facer sen facer en realidade, porque moita xente xa estaba levando aos fillos aos recados cando non podía deixalos con ninguén». Para Carballo la medida del gobierno «non é unha solución para o problema dos nenos que levan mes e medio encerrados nas casas. Ir ao súper non é un paseo e é unha decisión máis riscosa. ¿Que sentido ten ir a un sitio onde hai moita máis xente que nunha rúa ou un parque?», se pregunta. «Nós estabamos dispostos a dar un paseo cos nosos fillos, non a poñelos en risco», remacha.

VICENTE ÁLVAREZ - Farmacéutico

«Hubiese sido mejor permitir un paseo, habría riesgo cero»

«Es evidente que hay un riesgo extra, pero habrán valorado si es asumible». El vicepresidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ourense, Vicente Álvarez, opina que «es evidente que se introduce un riesgo extra con la presencia de los niños en estos escenarios, pero a estas alturas doy por hecho que el comité de expertos ha valorado si se puede asumir, en relación con el perjuicio que puede causar el confinamiento de los más pequeños». «Al no poder cuantificarlo, solo queda confiar en que los expertos lo hayan valorado», insiste, aunque asume que «cualquier contacto con otra parte de la población es un evidente riesgo añadido, por la interacción con otras personas y con los objetos». «Hubiese sido mejor permitir solo una vuelta a la manzana o un paseo por los alrededores del domicilio, sin contacto con terceros, porque en ese caso el riesgo es cero», analiza.

«Se podría pensar que con esta medida se rompe la cadena de protección», reflexiona, «y más si trasladas al niño a un sitio cerrado donde habrá otras personas».

JESÚS JARQUE - Pedagogo

«Con niños por debajo de los ocho años es imposible contolar sus impulsos»

Para el pedagogo Jesús Jarque, aún resaltando su confianza en las decisiones que tomen los expertos sanitarios, la situación como ciudadano le sugiere «riesgos». «Que los niños salgan, les dé el aire y la luz, puedan andar unos metros, lo veo sano, tanto educativa como psicológicamente. Pero yo me pensaría el llevarlos a lugares cerrados. Siempre existe el riesgo de un repunte de contagios y no sé si estamos preparados psicológicamente para eso», expresa.

Apunta que en el momento en que los niños puedan salir habrá un trabajo muy importante de las familias para concienciarles de la necesidad de tener cuidado y dejarles claras las pautas de prevención, pero reconoce que, sobre todo en los niños más pequeños, «por muy mentalizados que estén, es fácil que se les olvide». En ese sentido, admite que controlar esos impulsos puede ser más sencillo y menos arriesgado en un lugar al aire libre que dentro de un establecimiento.

Además, y aunque recuerda que cada niño tiene su modo de ser y cada padre debe conocer el temperamento de su hijo, considera que por debajo de los siete y ocho años será muy difícil poder llevar a un niño a la compra: «Por encima de los nueve años quizá lo veo más viable, pero más pequeños actúan y luego piensan, es su naturaleza. Para los adultos sin duda será muy estresante, como para algunos de nosotros ya lo es actualmente ir al supermercado sin ellos». Con todo, deja abierta una puerta al optimismo: «Recordemos que los niños nos han sorprendido muy positivamente con su comportamiento en esta crisis», expresa.