Verónica Rey: «Lo más importante es transmitir calma y seguridad a nuestros hijos»

Fernando Molezún A CORUÑA

SOCIEDAD

OSCAR VíFER

La psicóloga analiza los efectos del confinamiento entre los más pequeños

20 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La prórroga del confinamiento ha provocado una situación de incertidumbre que puede llegar a pasar cierta factura psicológica, especialmente a los más pequeños. La psicóloga Verónica Rey, directora del gabinete de psicología In & Out y especialista en psicología infantil, lanza sin embargo un mensaje tranquilizador: «Los niños nos están dando una lección en la mayoría de los casos, soportando el encierro muy bien».

-¿Cómo nos está afectando?

-El confinamiento lo que hace es sumar a lo que ya tenemos. Es decir, al general de la población no le afectará de especial manera, aunque es importante no generalizar, que cada uno tiene sus recursos y su personalidad. Pero aquellos que tengan una carga previa, como niños que vivan en una casa con episodios de violencia, que no reciban atención de sus padres o con problemas económicos, son más vulnerables a esta situación.

-¿Les afecta más a los niños?

-No, tiene más repercusión en adultos. Los padres y las madres estamos soportando una carga importante, trabajando desde casa, manteniendo el orden, ocupándonos de las comidas, supervisando las tareas de los niños y, sobre todo, intentando promover la armonía en casa. Es una situación muy complicada. A los niños más pequeños les cuesta entender la situación de confinamiento. Es normal que estén inquietos, incluso que desarrollen conductas regresivas como hacerse pis en la cama o que les cueste dormir. Hay que normalizar estas situaciones, esas conductas no tienen por qué quedarse una vez termine el confinamiento. Pero aún con todo eso se van adaptando muy bien.

-No hay por qué esperar que tengan secuelas del encierro.

-No, pero todo dependerá del apoyo emocional, de la actividad física de los niños y de toda la actividad cognitiva que hagan durante el encierro. El cerebro de los niños es muy plástico, y cuando de forma progresiva vayamos recuperando la rutina los niños lo harán sin problemas. Pero ahí los padres tenemos un papel fundamental.

-¿En qué sentido?

-El ejemplo de los padres es lo más importante. Cómo gestionemos los adultos esta situación va a ser determinante en cómo la van a sentir los niños. Las emociones se contagian. Habrá días más duros que otros, es normal, pero lo importante es que los padres transmitamos calma y seguridad en todo momento. Pero no se trata solo de transmitirles mensajes verbales de calma, sino que estos tengan un reflejo en nuestra actitud. El estrés de los padres se puede contagiar. Por eso tampoco nos podemos exigir ser perfectos, porque eso nos va a desajustar. Tenemos que hacerlo lo mejor que podamos.

-Se está insistiendo mucho en la necesidad de establecer rutinas para los niños.

-Sí, pero con sentido. En la consulta muchos jóvenes nos dicen que los padres les están constantemente imponiendo actividades de estudio, lúdicas, deportivas... Y acaban agotados. Hay que poner normas, pero es fundamental flexibilizar; establecer una rutina, programar actividades que les estimulen, pero sin volvernos locos. Es normal que en un momento dado no les apetezca, y no pasa nada. Son momentos de inestabilidad emocional, y eso es un indicador de que nuestro organismo está reaccionando de la manera correcta. Estamos en una situación extraordinaria, en alerta, así que lo más normal es que nos cueste concentrarnos, que nos cueste sacar adelante tareas que hacemos normalmente. No podemos exigirles a los niños estar igual de productivos cuando ni siquiera nosotros lo estamos.

-Se está intentando retomar el curso escolar de modo telemático.

-Insisto, todo tiene un límite. No creo que tenerlos ante el ordenador toda la mañana sea lo más recomendable. Lo importante ahora es cuidar su salud mental, más que sus capacidades académicas. Por eso hay que mandar un mensaje de calma a los padres: no se van a quedar atrás en el cole, porque todos sus compañeros están en la misma situación, y ya se pondrán al día. Hay que evitar la presión porque cómo se han sentido durante este tiempo será algo que quede para siempre en ellos, mucho más que los deberes que hicieron durante el confinamiento. 

«A los niños hay que explicárselo todo, no decirles que no pasa nada»

Uno de los temas más delicados que está dejando la pandemia es la imposibilidad de despedirse de seres queridos que han fallecido durante estos días. Una situación dura para los adultos que puede resultar incomprensible para los pequeños.

-¿Cómo se le transmite esto a un niño?

-La despedida es muy importante porque pone en marcha el proceso de duelo, permite que afrontemos la pérdida de la mejor manera posible. Es recomendable realizar ciertos rituales, que pueden ser escribir recuerdos, una carta de despedida, hacer dibujos... Hacer un homenaje a ese ser querido fallecido con toda la familia. Desde los dos años los niños ya son conscientes de este tipo de noticias. Es cierto que tienen ciertas falsas ideas, porque en los dibujos animados que ven en la tele la gente resucita, sin más. Por eso que hay que poner énfasis en lo irreversible de la situación, que entiendan su trascendencia.

-¿Hasta qué punto es positivo informar de lo que está pasando a los niños?

-Hay un exceso de información, pero tanto para los niños como para los adultos, que pueden llegar a obsesionarse. A los niños tenemos que explicarles todo, siempre que nos pidan esa información, con la precaución de que les pueden surgir miedos, que si se pueden morir ellos o alguien cercano. Ahí hay que transmitirles tranquilidad, sin faltar a la verdad, siendo sinceros pero manteniendo la calma, explicándoles que estamos haciendo las cosas bien. No debemos engañarles y decirles que no pasa nada, porque mañana se lo puede contar un amigo en una videoconferencia y puede malinterpretar la información. Los padres somos los que tenemos que darle seguridad a nuestros hijos.