El Chop incorpora la rehabilitación a la recuperación de pacientes COVID-19

SOCIEDAD

Un programa específico contribuye a mejorar la capacidad pulmonar y la movilidad
17 abr 2020 . Actualizado a las 22:22 h.Recuperar o mejorar la capacidad pulmonar afectada tras la enfermedad COVID-19 y prevenir las secuelas de la inmovilización, o tratar las posibles complicaciones. Son los objetivos de un proyecto asistencial que acaba de poner en marcha el equipo del servicio de Rehabilitación del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (Chop). Para poder desarrollarlo fue fundamental la cesión por parte del Rotary Club de la ciudad de unos dispositivos audiovisuales.
Esas tabletas que permiten a los enfermos hospitalizados menos graves comunicarse con sus familiares tienen ahora también otro uso. Lo explica la jefa de servicio de Medicina Física y Rehabilitación, María Teresa Jorge Mora. «Los pacientes que han precisado uci ven acentuada la miopatía -debilidad muscular- y tienen dificultades de movilidad. No son capaces de incorporarse y ahí es donde entra nuestro equipo», apunta la doctora. El hecho de que se trate de personas que están aisladas en el hospital dificulta el trabajo de recuperación y el material audiovisual para que puedan visualizar las instrucciones de los rehabilitadores es un gran aliado.
El proceso es el siguiente. El fisioterapeuta hace una primera toma de contacto con el paciente. Para ello entra en la habitación con el equipo de protección individual (epi) y lo instruye para que después ya se ejercite solo, realizando las recomendaciones varias veces al día. «Con este sistema minimizamos la necesidad de entrar en la habitación, maximizamos la rapidez de recuperación del paciente para que pueda volver a casa y también contribuimos a agilizar la rotación de camas», subraya Teresa Jorge.
Este programa específico para la recuperación de pacientes de coronavirus se inició esta semana en Montecelo y de momento se han beneficiado pocos pacientes. La razón, señala la jefa de servicio, es que durante las primeras semanas la actuación se dirigió a la parte más urgente dentro de la situación de emergencia sanitaria. «Nos centramos en la uci durante la fase más crítica y en minimizar el repunte». La respuesta de los pacientes que están probando el programa de recuperación con las tabletas está siendo «muy positiva al ver progresos rápidos que agradecen». Además de en planta, el equipo de rehabilitación también actuó en la uci dando soporte, en algún momento, al personal de enfermería de esta unidad, sobre el que recae el grueso de los cambios posturales que se realizan para mejorar la capacidad pulmonar de los pacientes.
La doctora Teresa Jorge alude a que la pandemia conllevó «un cambio brutal» en la gestión asistencial y su servicio, al igual que otros, se tuvieron que readaptar. «Nuestro servicio se ha tenido que reinventar para dar apoyo a otros que estaban más sobrecargados como urgencias», comenta. Al margen de los pacientes de COVID-19, el servicio de Rehabilitación, que conforman un equipo de 55 personas entre médicos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas, puso en marcha estrategias dirigidas a evitar el contacto. Entre ellas, consultas telefónicas en los casos donde es posible y tele rehabilitación con ejercicios individuales casi a la carta, lo que supuso «un esfuerzo muy grande».