Las empresas de servicios reordenan horarios y turnos para salvar empleos

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

xoan a. soler

Las de limpieza, mensajería y funerarias recurren a vacaciones o a reducción de horas

16 abr 2020 . Actualizado a las 00:15 h.

Los trabajadores de sectores esenciales y que son de gran importancia en la lucha contra el coronavirus tampoco están a salvo de las consecuencias económicas negativas de esta crisis sanitaria. Empresas de limpieza tienen problemas para mantener sus plantillas en Santiago, después de que muchos de sus clientes echaran el cerrojo a sus negocios. Con el cierre del comercio, los trabajadores que se dedican a limpiar cristales, por ejemplo, se han quedado sin trabajo. Elías Rozas, de Pedra Salgada, comenta que en su empresa se hizo una «labor de ingeniería» para reubicar a sus empleados, y muchos han pasado a realizar labores de desinfección. Este tipo de servicio suponía antes de la crisis un 10 % de la facturación, pero ahora representa un 50 % y permite a esta firma mantener sus cuentas.

Otra empresa de ese mismo sector, que prefiere mantener el anonimato, ha optado por aumentar las horas de algunas de sus trabajadoras para atender la nueva demanda surgida en las residencias. Una de sus empleadas explica que desde el inicio de la pandemia limpia en unas oficinas, en una residencia y en el hospital. No se hacen nuevos contratos, pero sí están aumentando horas. Otra trabajadora que limpia en el aeropuerto teme que le afecte un ERTE en unos días.

En una pequeña empresa del sector apostaron por pasar trabajadoras de media jornada a completa, para asumir servicios nuevos en residencias de mayores. «Al ser algo que no se prolongará en el tiempo, no compensan nuevas altas», esgrime su responsable, que prefiere no dar a conocer el nombre de una firma cuyas trabajadoras también realizan funciones en el sector de la alimentación. En todos los casos, los responsables de las empresas de limpieza coinciden en lamentar el poco reconocimiento que recibe su labor en esta crisis.

De lo mismo se quejan en la Funeraria Apóstol Santiago, donde aseguran ser, después de los sanitarios, los más expuestos al contagio. José Manuel Rodríguez Castelao apunta que «ni las funerarias aumentan tarifas, ni estamos haciendo caja». En su caso, para seguir el protocolo y proteger la salud de sus trabajadores, mandan a casa por turnos a la mitad del personal durante 15 días. Aseguran que el trabajo se reduce, al no celebrarse sepelios ni velatorios, pero ahora se convierten en el consuelo de familias que no pueden despedirse de sus seres queridos. «Solo les dejan 15 minutos antes de ser conducidos al cementerio o al crematorio. Algunos no lo entienden. Hacemos de psicólogos», señala un empleado de funeraria. También en la de Conxo hay menos carga de trabajo, aunque dicen que crece la presión psicológica.

La menor actividad empresarial merma la carga de trabajo en las de reparto 

Las empresas de mensajería no están «ni mucho menos» saturadas. «No sé de dónde sale la idea de que trabajamos más que nunca. El que diga que tiene más trabajo, miente. Hay más repartos en supermercados, pero no de mensajería», comenta Lola Vilar, de Nacex. El cierre de empresas supone la caída del volumen de negocio que mueven por mensajería. «Y los envíos de las compras de Amazon se centralizan por Correos; a las empresas de mensajería casi no llegan», explica. Aunque tiene un equipo de 12 trabajadores, los repartos los resuelven cinco empleados por la mañana. Y terminan a las dos de la tarde, por lo que reducen su horario. Por la tarde solo queda alguno para algún fleco. Lola tiene a parte del personal en casa: «Ya recuperarán las horas en Navidad». La misma situación se repite en otras empresas, que incluso cerraron delegaciones.