«Al hablarse del test rápido hay quien creyó que el resultado era inmediato»

Pablo Varela Varela
pablo varela OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

El laboratorio de Microbiología del CHUO ha registrado más de 5.000 muestras desde que inició su actividad

14 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«El virus, para sobrevivir, debe pasar de persona a persona. Necesita esa cadena de transmisión para perpetuarse», ilustra Isabel Paz. La jefa de servicio del laboratorio de Microbiología del CHUO coordina a ocho facultativos y diecisiete técnicos que evalúan las muestras recogidas en el área sanitaria de Ourense. Lo hacen en equipos rotatorios y con un soporte en el horario de tarde, pero es raro el día en el que no se llevan algo a casa. «La cabeza nunca descansa. Y es una avalancha tremenda para un laboratorio como el nuestro», explica Paz.

Hasta la fecha, han realizado más de 5.000 test diagnósticos con un pico claro de demanda: el inicio del estado de alarma en el país y la instalación del punto de recogida de muestras desde el automóvil tras el Santa María Nai. El laboratorio analiza también las tomadas en Verín y O Barco por medio de los transportes intercentros. A veces, viajan dos veces en el mismo día para el traslado de los tests.

«Si de verdad empieza a bajar la curva de afectados lo hará en forma de picos de sierra», dibuja Isabel. No parece sencillo imaginarse un descenso inmediato, pero ayudar a conseguirlo pasa todavía por mantener el confinamiento. «Nuestro aumento de trabajo vino en la segunda quincena de marzo y fluctúa según la urgencia», indica. También se aplica un criterio de prioridades, empezando por los pacientes hospitalizados, el personal sanitario y los usuarios de las residencias, situados en la primera línea de acción. «Sanidade está siguiendo un programa de estudio que se aplica a todas los residentes y trabajadores de la instituciones sociosanitarias de la provincia», añade Paz.

Así se realiza la prueba

La toma de muestras biológicas detecta la presencia de virus en el exudado nasofaríngeo. El objetivo son las fosas nasales del paciente, casi en contacto con la parte de la faringe que está sobre el paladar. «Aunque podría detectarse en otras muestras también», concreta Paz.

A partir de ahí, determinar si hay o no un positivo por coronavirus dependería de un proceso que comprende tres fases. En la primera, se realiza la extracción de ácidos nucleicos, que puede tardar entre media y una hora; la segunda parte implica una amplificación del virus: y la tercera, la detección, requiere de personal técnico con una alta formación. «Y llegar a completar este proceso puede llevar unas cuatro o cinco horas, aproximadamente», calcula Paz.

Pero otro de los frentes que se han encontrado es explicar que el test rápido, pese a su denominación, necesita su tiempo. «Al haberse etiquetado así hubo quien creyó que daba el resultado de forma inmediata, y eso nos ha hecho algo de daño porque creó confusión en la calle», lamenta. Tras el examen de las muestras también se procede a su registro documental.

Respetar el confinamiento

Paz señala que sigue siendo importante evitar aglomeraciones y el contacto con superficies que puedan estar contaminadas. Las zonas comunes son un posible focos de contagio. «Pomos, grifos, puertas o pasamanos son una mina. Y la gente, salvo necesidad, debe estar en su casa, porque puede haber quien sea asintomático y considere que está sano, pero diseminar el virus llevaría a otras personas con peores defensas a contraerlo», avisa. Y además, el haber hecho la prueba dando negativo no garantiza la inmunidad permanente, de ahí que en el laboratorio insten a respetar el confinamiento para aislar los casos positivos hasta que la epidemia amaine.

«Desde el ámbito sanitario se está haciendo un gran esfuerzo para controlar la pandemia, pero es imprescindible que la población mantenga las pautas de higiene. Lavándose las manos, manteniendo las distancias de seguridad y entendiendo la razón de estar confinados, situación que no todos llegan a comprender», cuenta.

El servicio de Microbiología de Ourense, que está en contacto permanente con sus homólogos de las otras áreas sanitarias gallegas, cuenta con la ayuda del Centro Tecnolóxico da Carne, que cedió un termociclador para la detección al virus presente en las muestras. «Gracias a ello podemos entrar en la fase de amplificación del Sars-Cov2 y ver si está presente en el paciente». Pero lo esté o no, que la cadena de transmisión se rompa sigue pasando por recluirse.