El Concello de A Estrada registra su primera víctima

Rocío García Martínez
Rocío García A ESTRADA / LA VOZ

SOCIEDAD

cedida

Paco Cuervo tenía 86 años y llevaba diecinueve días luchando contra la enfermedad

13 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El COVID-19 se ha cobrado su primera víctima en A Estrada, un municipio que acumula 79 contagios y que alcanzó su pico el día 6 de abril, con 60 casos activos. La curva se ha ido doblegando. No obstante, este domingo, al tiempo que se conocía la reducción a 33 de los casos activos, se producía también el primero de los fallecimientos.

Paco Cuervo García, un vecino de la Avenida de Santiago de 86 años, falleció poco antes de las dos de la tarde tras 19 días luchando contra la enfermedad. Según explica su hija Loli Rey, de la Librería Lolimay, los cinco primeros días los pasó en casa. Al ver que su situación empeoraba, Paco fue ingresado en el hospital La Rosaleda. El pronóstico era malo desde el principio, ya que el estradense sufría varias patologías previas, entre ellas EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica).

«Cuando se fue al hospital le di un abrazo muy fuerte porque presentía que no lo iba a ver más», cuenta su hija. Aquel mal presentimiento se cumplió.

Paco Cuervo había participado junto con su mujer, Maruja Valiñas, en una excursión del Imserso a Castellón antes de que se disparasen las alertas sanitarias. Supuestamente, al igual que otros excursionistas locales, allí pudo contraer el virus la pareja.

La mujer tuvo síntomas leves, superó la enfermedad en casa y ya ha recibido el alta. Por eso la noche del sábado, aprovechando los cambios en el protocolo sanitario aprobados por el gobierno, pudo acudir al hospital al despedirse de su marido. «Para ella fue muy duro, pero yo creo que a la larga va a ser reconfortante», explica Loli. Su hija, en cambio, no pudo despedirse. «Yo también cogí el virus y estuve diez días ingresada con neumonía. Ahora estoy aislada en casa de mi madre. No puedo ni abrazar a mi madre en estos momentos ni ver a mis hijas. Solo las veo por la ventana. Esto es muy duro. No puedes imaginártelo. Nunca crees que te va a tocar a ti, pero te toca», comenta.

Loli se deshace en elogios a su padre: «Era una persona bellísima que siempre cuidó mucho de mi madre, de mí y de mis hijas. Ni ella ni su madre olvidarán nunca el apoyo recibido por la gente en este duro trance. «No podíamos tener abrazos, pero tuvimos llamadas constantes de apoyo y de ánimo de gente que compartía nuestro sufrimiento en la distancia. También estamos muy agradecidos a todo el personal sanitario por el trato excelente y el cariño recibido, aunque el desenlace no fuese bueno. Y también aquí en A Estrada. José Antonio Dono, el médico de mi padre, estuvo pendiente todo el tiempo y mi médico también. Y cuando yo estaba en el hospital y mi madre estaba sola y aislada, desde el Concello le traían la comida y se la dejaban en la puerta y hasta venía la Policía Local a tirarle la basura», explica. «No podemos estar más agradecidas», dice.

Conforme establece el protocolo, Paco Cuervo será incinerado. «Traeremos las cenizas para casa y, el primer día que puedan retomarse los funerales con gente lo haremos, como a él le gustaría», cuenta Loli. «Que pase de una vez este maldito virus», concluye.