«La mascarilla que debe durar 8 horas a mí me duró un mes»

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Sanitarios de atención primaria en la Casa do Mar de A Coruña
Sanitarios de atención primaria en la Casa do Mar de A Coruña

Médicos y enfermeros reclaman más recursos, y recuerdan que gran parte de su protección ha llegado por las donaciones

13 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo pueden decir más alto pero no más claro: los sanitarios necesitan estar protegidos para cuidar y curar a los pacientes de Covid-19. Y en Galicia todavía no lo están al cien por cien, especialmente en los servicios de atención primaria. Precisamente, ayer se celebró su día mundial, y el Foro de Médicos de Atención Primaria emitió un comunicado reivindicando su labor y denunciando lo que creen ha sido un error en esta crisis, «haber puesto a los hospitales en el centro de la gestión». Carlos Bastida, médico en el centro de salud de Marín y presidente de la Sociedad Gallega la Médicos Generales y de Familia (SEMG Galicia) —que forma parte del Foro de Médicos de Atención Primaria—, reconoce que se tuvieron que organizar al margen del sistema: «Al principio nos hicimos con medios hechos por nosotros, desde pantallas que nos regalaron hasta mandiles hechos con bolsas de basura o gafas de jardinería. Afortunadamente, hemos recibido muchas donaciones». Lo que nunca han tenido, y todavía es un lujo, son los test: «Pido un test para un paciente y tardan hasta cinco días. Tuve un caso de un paciente que el lunes pedí el test y el viernes volví a verlo, estaba mal y lo mandé al hospital. Le hicieron el test allí. Lleva tres semanas en la uci». Hasta Bastida tuvo que esperar cuatro días para que le hiciesen una prueba a él mismo. Ayer, el Sergas contestaba sobre la falta de test que «se hacen las pruebas diagnósticas mediante PCR a los profesionales con síntomas de infección respiratoria aguda para descartar o confirmar la presencia del coronavirus. Se están realizando a todos los profesionales de servicios esenciales».

Las quejas del Foro y de Bastida son muy similares a las de Roberto Celi, miembro del sindicato CESM O’Mega y médico de familia en Pontecesures y del PAC de Valga: «En el PAC nos dieron dos EPI de la crisis del ébola [2013] que ya están caducados, así que solo tenemos dos EPI donados. La mascarilla FFP2, que dura ocho horas, la tengo desde hace un mes, las gomas están dañadas y ahora me van a dar otra». No solo eso: «Íbamos a los domicilios a pelo, hasta hace poco más de una semana no teníamos protección suficiente».

«Nos ha salvado la profesionalidad de la gente, pero no podemos ser héroes»

Para O’Mega la crisis del Covid-19 refleja todos los recortes que «desde hace diez años» viene padeciendo la sanidad pública en general y la atención primaria en particular, y que desembocaron en huelgas el año pasado. Comparte el diagnóstico Fátima Nercellas, médica de Urgencias del CHUS y miembro también de O’Mega: «Nos ha salvado la profesionalidad de la gente, pero no podemos ser héroes. Hacemos nuestro trabajo y ponemos al paciente en primer lugar, pero necesitamos recursos humanos y materiales». En su caso, habla de las carencias: «Las batas de protección son lavables y si ves a un paciente sospechoso, tienes que echarla a la lavar al terminar. Pues nos mandaban poner una bata de papel encima y quedarnos todo el tiempo con una sola bata de alta protección. Y nos discutían las mascarillas».

«Esta crisis empieza y termina en los centros de salud»

Sobre la situación de atención primaria, Roberto Celi insiste en la misma línea que SEMG y el Foro: «Esta crisis empieza y termina en los centros de salud. Porque la mayor parte de los pacientes están en sus casas y son atendidos por nosotros, telefónicamente o haciendo visitas. Y los pacientes que están hoy en el hospital, van a volver a su casa y el seguimiento se lo hacemos nosotros, y muchos quedarán con secuelas». El Foro de Médicos de Atención Primaria apunta a que regiones como Canarias o Murcia, donde sí se ha tenido en cuenta la primaria para el diagnóstico clínico y seguimiento de pacientes, se ha conseguido contener la epidemia.

Son 27 los sanitarios fallecidos, y de esos, 14 médicos que atendían en centros de salud

Son 23 médicos, 3 enfermeros y 1 auxiliar los sanitarios que han muerto durante esta pandemia en España. Más de la mitad de los médicos, catorce, eran facultativos de atención primaria. En total, hay unos 25.000 contagiados entre los sanitarios.

El Colegio Oficial de Médicos de Madrid hizo un comunicado en ese sentido en el Día Mundial de la Atención Primaria, y exigió que se refuerce la protección para este colectivo mientras dure la crisis sanitaria del coronavirus, realizándose test diagnósticos a todos sus profesionales. El colegio subraya que «la actual reorganización de este nivel asistencial» en la región, donde numerosos centros han cerrado y se ha destinado personal al hospital temporal de Ifema, «no es efectiva para el control epidemiológico de la enfermedad».

Y añade: «Los médicos de primaria arrastran desde hace años una situación complicada debido a los recortes en los recursos humanos y materiales. Entendemos que el cierre de centros aún debilita más la posición de este colectivo» cuando deberían ser «filtro y sostén en esta crisis sanitaria», para detectar y controlar «a quienes precisan atención hospitalaria».

HABLAN LOS SANITARIOS

maría jesús freiria, médica de primaria

«Pedimos pijamas, pero al final nos los compramos»

Médica en el centro de salud de O Milladoiro, a María Jesús Freiria le preocupan primero sus pacientes, los que están en casa, los que han tenido que ir al hospital y sus familias: «La atención primaria tiene que ser apoyo para todas esas familias, llamarlas, acompañarlas, escucharlas». Destaca la labor que se hace en los centros de salud, donde se trata «la gran mayoría de los enfermos» de Covid-19, pero que apenas tienen dotación: «Nosotros al principio pedimos pijamas, para no atender a la gente con la ropa de casa, pero no nos los dieron y los hemos comprado nosotros». Y agradece la respuesta de la gente: «Hemos tenido muchas donaciones, desde pantallas a batas», y desde el principio «los pacientes se han portado fenomenal y cuidan mucho de nosotros». Cree que en su caso «tener un equipo cohesionado» ha facilitado mucho la organización del día a día de un centro que se va a trasladar en breve.

«No podemos atender a pacientes en cinco minutos ni tener las salas abarrotadas»

Freiria piensa que esta pandemia obligará a repensar los centros de salud: «No podemos atender a pacientes en cinco minutos ni tener las salas abarrotadas» o 1.700 cartillas por médico. Ve en la telemedicina «un hallazgo para muchos pacientes», que tienen que corresponsabilizarse de su salud.

rosendo bugarín, médico de primaria

«La gente está nerviosa, muchos pacientes se ponen a llorar»

Rosendo Bugarín es médico en el centro de salud de Monforte, donde desde hace semanas se han organizado muy bien: «Tenemos un triaje muy eficaz en la entrada, que deriva a los pacientes al circuito de Covid-19 o al limpio. El de respiratorio lo atiende un médico cada día, con EPI, gafas y mascarillas»; es una manera eficaz de ahorrar recursos. Pero no siempre fue así. Los primeros días de la pandemia fueron más desorganizados, en parte porque «los protocolos cambiaban cada cuatro o cinco días», y afectaban a la definición de casos, a cómo seguirlos, cómo codificar las bajas... asuntos técnicos sobre los que no había precedentes.

«El duelo que no se está pudiendo hacer tendrá consecuencias»

 Bugarín, como todos los médicos de primaria, está muy pendiente de los pacientes que están en sus casas, y ha notado cambios en los últimos días: «Antes llamabas para preguntar si tenían síntomas, pero ahora las llamadas son mucho más largas. La gente está nerviosa, muchos se ponen a llorar y las consultas al teléfono duran mucho más». Entiende que la de acompañamiento es una labor fundamental de los médicos «de cabecera» y teme que «el duelo que no se está pudiendo hacer tenga consecuencias graves que van a repercutir en la atención médica a medio y largo plazo».

carmen garcía, secretaria de satse

«Seguimos sin saber nada de los test que anuncian»

Carmen García, secretaria del sindicato Satse en Galicia, sigue haciendo denuncias a día de hoy por falta de material: «Estamos mejor que antes, porque empezamos muy mal, pero esta semana en Ourense tuvimos que hacer una denuncia ante Traballo porque en la planta de Covid-19 los enfermeros llevaban unas máscaras que no se adaptaban a la cara y unos plásticos que parecían bolsas de basura». No se explica cómo los sanitarios no tienen la protección necesaria: «Los 25.000 contagios no es algo normal, y tiene que ver con eso», porque «tenemos los recursos racionados, y se ha bajado el nivel de exigencia de los protocolos para adaptarlos a la falta de material». Los únicos grupos que siempre han estado «más o menos bien» son las ucis y la atención a domicilio. Todas sus quejas están ya en el Tribunal de Derechos Humanos de la UE, en la OMS y la Organización Mundial del Trabajo (OIT).

Ahora, García está preocupada por que no llegan los test: «Seguimos sin saber nada de esos test que llevan semanas anunciando» y no comprende cómo no se hacen de forma masiva a los sanitarios: «Muchos han, hemos pasado la enfermedad, y podríamos ayudar más».

«Vamos a acabar trayendo el pijama de ositos de casa»

Carmen García entiende que la situación que se está viviendo, más allá de las ucis, es complicada: «Una persona que atiende a pacientes con Covid-19 no puede reciclar de un día para otro la mascarilla». Entre el material aportado por los servicios y las donaciones, hay productos justos, pero no con márgenes de seguridad y comodidad: «Después de cuatro o cinco horas con el traje, el pijama que llevas debajo está empapado... pues no tenemos muda. Vamos a acabar trayendo el pijama de ositos de casa». Hay un cierto racionamiento y eso es incompatible, dice García, con la que se supone es una de las mejores sanidades del mundo.