Una familia de Cruces participa en un estudio médico sobre el COVID-19

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca LALÍN /LA VOZ

SOCIEDAD

cedida

Los Sobrado Antón superan la enfermedad en casa tras dar los cuatro positivo

12 abr 2020 . Actualizado a las 09:40 h.

La familia Sobrado Antón, de Vila de Cruces, participa en un estudio médico sobre el COVID-19, tras dar todos ellos positivo por la enfermedad, que superan en su piso cruceño. Personal médico del Clínico de Santiago les recogió hace días diversas muestras para analizar su reacción frente al coronavirus. Luis Sobrado, de 44 años, fue el primero que tuvo síntomas, y más tarde también su esposa Cristina Antón, mientras su hijo pequeño Gonzalo, de 6 años, apenas tuvo un poco de fiebre. El 1 de abril les hicieron el test a los tres, y todos fueron positivos. Tres días después, tras entrar en el estudio médico, acudieron a recogerles muestras de sangre, de saliva y de mucosidad, y le hicieron la prueba a Guillermo, el hijo mayor de 10 años. Pese a haber estado completamente asintomático, también dio positivo en coronavirus.

A Sobrado solo le tomaron una muestra de sangre: llevaba entonces ocho días asintomático, «e comentaron que seguramente a carga viral era xa indetectable, para saber se desenvolvín anticorpos». La familia, en seguimiento desde su casa mediante la aplicación TELEA -«tres veces ao día recollen a temperatura e saturación de osíxeno»- está a la espera del alta, que se produce al completar 15 días asintomáticos tras el positivo. Pese a confinarse en su piso tan pronto tuvieron el resultado, la madre de Luis también tiene COVID-19.

La fortuna de haber podido superar la enfermedad en el propio domicilio

Sobrado comenta la suerte que han tenido por haber podido superar la enfermedad en su casa, completamente aislados para evitar contagios más allá de su círculo familiar más íntimo: «Nós vivimos nun terceiro piso e meus pais no primeiro. Resulta raro telos aí e falar só por teléfono», tras confinarse con los dos pequeños en su vivienda: «Eles están normalmente de arriba para abaixo, pero ao ver os meus síntomas xa viñeron para aquí porque demos por feito que eles o podían ter tamén», como finalmente se confirmó.

Ya recuperados -Luis lleva tiempo sin síntomas y Cristina tampoco los tiene desde el martes pasado- aprovechan para jugar con sus hijos al Trivial, a las cartas o al parchís. «Nós estamos saíndo desto, agora non o pilledes os demais», se despide Sobrado. Un deseo que será muy difícil de cumplirse.

«Fisicamente son bastante forte, pero a min tumboume»

Luis Sobrado tiene una pequeña empresa de distribución de productos de limpieza, por lo que los viajes son constantes. Su primer síntoma llegó la madrugada del martes 17 de marzo, de modo que el contagio fue antes ya de decretarse el estado de alarma. En medio de la noche se despertó con escalofríos, sudando mucho y con náuseas, hasta que vomitó. Por la mañana, 37,4 grados de fiebre: «Pensei que me sentara mal a cea».

El miércoles no mejoró. La misma fiebre, y bastante malestar: fue al médico. Exploración y análisis de sangre, con un diagnóstico de virus estomacal: faltaba la diarrea un día después para completar el cuadro clínico. Y no había rastro de tos seca por la que pensar en COVID-19.

La diarrea no llegó. De hecho, el jueves y el viernes Luis recuperó la normalidad. Hasta el fin de semana: pasó el sábado y el domingo en cama con 38,5 de fiebre, cansancio, debilidad muscular, dolor de espalda, de rodillas: «Fisicamente son bastante forte, pero a min tumboume. Eu teño traballado con gripe e levantando pesos, pero con esto non podería».

Con ese estado se recluyó ya en su piso con su familia, evitando contacto de los cuatro con sus padres, que viven dos pisos más abajo en el mismo edificio.

Llamó al 900 400 116 -sabe el número de memoria- para solicitar la prueba, y en los días siguientes también su mujer desarrolló síntomas de enfermedad, pero no idénticos: sentía mucho cansancio y mucho dolor de cabeza, además de dolores articulares. Desde la vivienda de los padres, también llegaba la noticia de que su madre estaba en cama, con cansancio fuerte.

Las pruebas tardaron varios días, hasta el 1 de abril. Fueron positivos Luis, su esposa y su hijo pequeño, que había tenido febrícula, y también su madre. Desde entonces destaca que recibieron numerosas llamadas de los servicios de salud interesándose por su estado, recabando información sobre la evolución «porque é novo para todos. Foi cando nos propuxeron participar no estudo, para ver se nos inmunizamos, se creamos anticorpos».

Su hijo mayor, que dio positivo el día 4, estuvo asintomático siempre, al igual que su padre.