«Case pasas máis medo cando vas pola rúa que no hospital»

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Hospital de campaña Nightingale, en un centro de convenciones de Londres.
Hospital de campaña Nightingale, en un centro de convenciones de Londres. Danny Lawson / PA Wire / dpa

Gonzalo Santos, de Vimianzo, es enfermero de uci en un clínico de Londres. Miguel García, de Cee, trabaja en  la limpieza del «Ifema» londinense

20 abr 2020 . Actualizado a las 10:05 h.

La incidencia del coronavirus aumenta a diario en Gran Bretaña de manera alarmante, rozando ya los mil muertos en la jornada de ayer. Pero, a pesar de eso, y de que la vida comercial está apagada, en la calle hay una relativa sensación de normalidad, al menos en determinadas zonas de la capital, Londres.

Gonzalo Santos, en el hospital.
Gonzalo Santos, en el hospital.

Donde ya no hay esa tranquilidad es en los hospitales, que ven como se incrementan los casos. Gonzalo Santos, natural de Vimianzo, es enfermero en la uci de University College London Hospital (UCLH), desde hace ya muchos años. Primero fue celador, después auxiliar de clínica, y finalmente enfermero. Obviamente, nunca había visto nada como lo de estos días: «Todo isto é moi emocional, impacta bastante. Ves que o número de vítimas non para de medrar. A maneira de traballar é moi diferente, pero xa nos habituamos. Todo pasa moi rápido, case non che dá tempo a pararte a pensar no que está pensando», explica. Las áreas de asistencia se han ampliado, y los medios también. Reconoce que tienen mucho apoyo. Como a todos los sanitario, la pregunta de si tiene miedo al estar en contacto con casos parece inevitable. «A ver, un pouco sempre tes, pero case pasas máis cando vas pola rúa que no hospital. Aquí as medidas de protección son moi estritas. Temos todo o que hai que ter. Pero vas pola rúa, no bus, en claquera sitio, e non todo o mundo está protexido. E por riba estes días había bastante xente por fóra, con temperaturas altas, de máis de 20 graos, así que había bastantes paseando», explica. Aclara que la situación no tiene nada que ver con la española, «non hai policías pola rúa multándote, os parques poden estar cheos sen problema». Pero el riesgo siempre existe: él mismo tuvo un episodio de fiebre hace unos días, pero dio negativo. Y hay sanitarios afectados, como en todas partes.

Gonzalo está muy orgulloso del apoyo que reciben los sanitarios por parte de la gente, al igual que en España. Reciben regalos todos los días, muestras de afecto, servicios gratis, por ejemplo de desplazamiento, o de comida. Es la parte buena. La mala es ver la elevada incidencia del virus, «mesmo con mortes de xente nova».

Miguel García Pérez.
Miguel García Pérez.

Miguel García Pérez es de Cee y tiene 36 años. Lleva seis en Londres. Empezó, como tantos jóvenes recién llegados a la ciudad, fregando platos, en su caso en el restaurante del Centro Galego. Después llegó a un restaurante chino y acabó de jefe de cocina. Pero su formación es la electricidad y, en marcha, la carpintería, así que dio el salto al sector de la construcción, en el que sigue. Pero de momento ha tenido que parar, por el cierre de terminados sectores. Así que en vez de quedarse en casa, buscó otro trabajo y encontró uno de limpieza y mantenimiento en el nuevo hospital de campaña Nightingale.

Es el Ifema de Londres, un salón de convenciones preparado en muy poco tiempo para cuatro mil camas, de las que ya se han colocado una buena parte. Entró en él tras ver una oferta de trabajo y pasar una selección personal y un par de días de preparación, por dos motivos. Uno, económico, «porque as facturas hai que pagalas», pero también«por axudar e botar unha man con todo o que está pasando». De momento, la afluencia de pacientes al centro es baja, pero está preparado para multitudes en caso de ser necesario. No tiene miedo al contagio: «Medo, non, só repecto», explica. 

David Pasantes Vidal
David Pasantes Vidal

Diego Pasantes Vidal es de Camariñas. Tiene 45 años y lleva en Londres desde 1996. Antes de emigrar, empujado por su novia (sus padres ya estaba en Inglaterra), se dedicaba al mar, a ir al pulpo con su padre. Al llegar empezó limpiando, como tantos, y poco  poco se fue formando. Ahora es enfermero, y más en concreto practicante de anestesia. Trabaja en varuos hospitales del ámbito privado, a los que se desplaza en bicicleta. Su base está en Epson (Surrey), no demasiado lejos de Londres. Estos días se va a dedicar sobre todo a pacientes de coronavirus, porque todos los clínicos del ámbito privado quedan ligados al trabajo público. En las últimas jornadas los han estado preparando para ello. Cree que la situación en  el país es muy compleja, y que las medidas más fuertes han tardado, desde luego mucho más que en España. Él es precavido, y mientras trabaja prefiere dormir en su caravana en vez de ir a casa. Y eso que está tranquilo, porque en los hospitales las medidas preventivas son muy rigurosas. Pero en la calle, no tanto. Cree que les esperan al menos dos semanas muy duras.