Eva Torres: «O que máis desexo é acabar con isto e abrazar aos fillos»

Jose Manuel Jamardo Castro
J. M. Jamardo RIBEIRA / LA VOZ

SOCIEDAD

cedida

Esta auxiliar de enfermería estuvo confinada en su habitación y hoy sabrá si ha superado el COVID-19

11 abr 2020 . Actualizado a las 15:54 h.

Hay profesiones con riesgo. Y la de Eva Torres Calo lo es. Esta sonense de 44 años es técnica auxiliar de enfermería y desempeña su actividad en el hospital de Barbanza. Desde que se conoció el problema de la pandemia del coronavirus en ningún momento se le pasó por la cabeza que podría infectarse. Sin embargo, como otros tantos compañeros, cayó. Ahora, después de un largo y duro proceso de cuarentena, vislumbra ya la luz. Ayer salía por primera vez de su habitación, después de 14 días confinada, para acudir al centro hospitalario donde trabaja para hacerse el test y saber si ya está limpia. Espera conocer los resultados durante el día de hoy, cuando la llamen desde el complejo de Oleiros.

Eva Torres estudió enfermería porque le apasiona. Lleva unos diez años en el Barbanza trabajando de forma intermitente. En octubre volvió a ponerse la bata en este hospital después de estar una temporada en el centro de salud de Boiro.

Cuando empezaron a llegar las primeras noticias sobre el COVID-19, «non sabiamos nada desta enfermidade. Era un descoñecemento total, pois isto é novo para todos, pero este é un momento de apoiarnos e todos xuntos tirar para adiante».

Primeras medidas

La pandemia llegó al hospital y provocó que los dirigentes tomasen medidas: «O primeiro que nos dixeron foi que se tiñamos calquera síntoma avisáramos».

A finales del mes pasado comenzaron los problemas para esta profesional: «O 27 empecei a sentir dores musculares, cansazo e dor de cabeza, e despois molestias estomacais. Advertín aos meus superiores e xa me dixeron que quedara na casa».

El día siguiente era sábado. Estaba citada como paciente. Le esperaban las pruebas. Nervios y preocupación. Ese era su estado de ánimo esa mañana tras los primeros síntomas. El diagnóstico fue rápido: «Ás oito da mañá fixen as probas e ás catro xa me chamaron para dicirme que dera positivo», explica. Fue un golpe, pero «había que tirar».

El siguiente paso era el confinamiento total. Eva Torres vive en una casa en Porto do Son con su marido y sus dos hijos de 13 y 8 años. Su cuarto fue el lugar donde pasó los últimos 14 días. Encerrada casi a cal y canto, y que remató ayer: «Só entraba o meu home a levarme a comida». Era el único contacto directo con el exterior.

La preocupación en su familia ha sido una constante en las últimas semanas, en especial para «a xente da casa. Miña nai e meu pai, ao principio, estaban moi preocupados, pero despois de ir falando con eles e véndoos por teléfono foron levándoo mellor».

Muchos ánimos

Eva Torres reconoce que los 14 días encerrada fueron bastante duros por no poder estar con los suyos. Con todo, «leveino bastante ben. Falando coa miña xente e cos meus compañeiros, que me chamaban para darme ánimos. Tamén lin moito. O que non quixen foi ver as noticias».

Una de las personas más preocupadas, además de sus padres, es su marido. «Ao principio non o pasou nada ben, e os nenos, que xa son grandiños, estaban algo asustados vendo todo o que estaba pasando e o que escoitaban, pero ao final son uns auténticos campións», afirma.

Dos semanas entre cuatro paredes dan para mucho, también para intentar escuchar qué pasaba a su alrededor. Los chiquillos fueron su máxima preocupación y también su principal razón para seguir peleando, aunque le entraba la vena de madre y cuando escuchaba que desobedecían los reprendía: «“Vou saír como vos portedes mal”, dicíalles, e contestábanme se os quería matar. Están a levar o asunto estupendamente», subraya.

Pero la vocación tira y esta enfermera asegura estar «cansa de estar pechada», por lo que quiere es volver cuanto antes a ponerse la bata de faena. «Teño moitas ganas de regresar ao meu traballo para axudar á xente que está enferma». Hoy es un día importante y espera la llamada del hospital con mucha tensión, pero convencida de que todo estará bien puesto que «o que máis desexo é acabar con isto e abrazar aos fillos e a toda a familia e amigos».

«Teño moitas ganas de regresar ao meu traballo para axudar á xente que está enferma»