Teresa Fernández y Manuel Crespo salen cada tarde del confinamiento a su balcón para bailar al ritmo de la música que le ponen sus vecinos
10 abr 2020 . Actualizado a las 10:02 h.Teresa Fernández Penedo (O Irixo) y Manuel Crespo Álvarez (Piñor) llevan toda la vida juntos. Ella cumplirá 95 años el 14 de mayo y él tiene 90, y desde que comenzó el estado de alarma pasan el confinamiento en su piso de O Vinteún sin salir «absolutamente para nada», admiten. En casa pasean por el pasillo, hacen bici estática o gimnasia, aprovechan para ver programas entretenidos en la televisión y, por supuesto, bailan. Lo hacen cada tarde en su balcón, tras los aplausos de las ocho. «A un veciño déuselle por poñer música e animámonos», dice Manuel. «O corpo quere iso. É escoitar calquera canción e as pernas vánseme soas», añade Teresa.
El baile les corre por las venas desde que eran niños, tanto es así, que se conocieron bailando. «Foi nunha romaría de San Antonio. Pregunteille se quería bailar e non paramos ata hoxe», recuerda Manuel. Él siempre fue un experto en lo que al ritmo se refiere y Teresa todavía conserva premios a la mejor bailarina e incluso a la mejor cantante en concursos carballiñeses. «Facíannos corrillo nas festas das aldeas para vernos bailar», dice Manuel. «Es que lo bailamos todo, muñeiras, jotas tangos... aunque ahora lo que más son pasodobles», añade Teresa. Se casaron en 1951 tras varios años de noviazgo. Trabajaron duro, bailaron sin parar y crearon su propia familia con sus dos hijos Sindo y Manolo que, a lo largo de los años, les han regalado a las personas que más quieren: sus nietos, Lorena, Juan y Alba. «Son moitas cousas bonitas pero sobre todo, boísimas persoas», dice Teresa orgullosa. Ellos se encargan de acercarles la compra y de llamarles cada día por teléfono. «Estamos ben, xuntos», dice Manuel. Así llevan más de setenta años, repletos de amor y de baile, y aún les queda música para rato...