Karim Tariguente: «La gente mayor sigue cogiendo el taxi para ir al banco y al súper»

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

SOCIEDAD

MONICA IRAGO

Pese a todo, el volumen de trabajo en Vilagarcía se ha reducido entre un 80 y un 90 % , según el autopatrono

11 abr 2020 . Actualizado a las 13:57 h.

Su nombre y su acento delatan que no es de origen español, aunque su segundo apellido, Cerqueiro, allana el camino a la hora de situar a este francés en Vilagarcía. Lleva 16 años trabajando en la ciudad y ni el coronavirus le ha hecho aparcar el taxi. De los cuarenta autopatronos que operan en el municipio, solo media docena siguen con el servicio y, de prolongarse mucho más el estado de alarma, serán todavía menos, advierte.

-Usted es de los que siguen en activo, ¿por qué?

-Somos autónomos y para nosotros no hubo cese de actividad, nadie nos obliga a quedarnos en casa, como ocurre con otros negocios. Para recibir alguna ayuda tenemos que demostrar que perdemos un 75 % de lo que ganábamos antes, pero sigo teniendo que pagar autónomos y todos los demás gastos.

-¿Cómo está afectando esta crisis al volumen de trabajo?

-Tenemos del 80 al 90 % de perdida, por la tarde nadie coge el taxi, estás cuatro o cinco horas en la parada sin hacer un viaje.

-¿Cambió el tipo de clientela?

-No, más o menos sigue siendo la misma. Sobre todo gente mayor que está sola, que sigue cogiendo el taxi para ir al banco y al súper o que tiene que ir al hospital al Sintrom o a hacer análisis. Además, damos servicio al PAC y llevo también a muchas enfermeras que trabajan de noche. Lo que sí perdimos mucho fue a la juventud, porque ya no se sale, claro.

-¿Cumplen sus clientes las normas de seguridad?

-Sí, la gente es muy consciente. Saben que tienen que subir atrás, que solo puede venir una persona en el taxi, a no ser que sea acompañante de una persona mayor o minusválida, y la gente lleva guantes y mascarilla.

-¿Percibe miedo?

-La gente mayor está más tranquila, se lo toma con más filosofía, quizá porque ya saben lo que fue la guerra y otras cosas. Los más jóvenes se ve que empiezan a estar cansados del confinamiento.

-¿Y entre los taxistas, hay miedo al contagio?

-Sí, se toman muchas medidas. Llevamos guantes, mascarillas, productos para desinfectar el coche y lo limpiamos todo cada vez que sube un cliente. Tenemos miedo porque nunca sabes a quien llevas, si está enfermo o no. Yo tengo familia y al llegar a casa dejo los zapatos fuera, la ropa aparte y me meto directamente en la ducha.

-¿Se usa ahora más la tarjeta que antes a la hora de pagar?

-Más o menos igual, porque la gente mayor no está acostumbrada a la tarjeta. Yo cada vez que cojo dinero me desinfecto las manos y el TPV y el teléfono los estoy desinfectando seguido. Intento no contaminar a nadie.

-¿Cuentan los taxistas con material de protección suficiente?

-Hay que decir que el lunes nos llegó una carta del Ministerio de Transportes para decir que nos daban dos mascarillas FFP2, que tenemos que coger en Correos. Pero hasta ahora, las mascarillas las conseguí yo por mi cuenta y lavándolas y usando desinfectante.

-¿Como es la sensación de conducir por calles desiertas?

-Para llegar a Pontevedra te lleva veinte minutos cuanto antes tardaban 40 en entrar. Es impresionante ver todo vacío. Los primeros días lo grababa, pero ahora ya te vas acostumbrando. Se conduce mejor, pero no me gusta la soledad, es horrible, prefiero volver a lo de antes.

-¿Cómo se las apaña para tomar un café o ir al baño?

-Hay dos pastelerías que tienen café para llevar y, si tienes que ir al baño, te aguantas o vas a casa. En la calle no tenemos nada.