El Gobierno planea una «desescalada» del confinamiento gradual y ordenada

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

SOCIEDAD

Salida entre aplausos del primer paciente con coronavirus que logra dejar la uci del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense
Salida entre aplausos del primer paciente con coronavirus que logra dejar la uci del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense Cedida

Los técnicos estudian restricciones por edad y permisos para niños y deportistas

09 abr 2020 . Actualizado a las 09:46 h.

Salvo giro inesperado, Pedro Sánchez volverá a lograr hoy la autorización del Congreso para prorrogar el estado de alarma hasta el próximo 26 de abril, pero eso no significa que a partir de esta fecha los ciudadanos vayan a regresar a la normalidad, tal y como evidenciaron ayer tres de los pesos pesados del Gobierno. «Ya lo veremos sobre la marcha», advirtió el responsable de Transportes, José Luis Ábalos. Todo dependerá de la evolución de los datos que vaya dejando la pandemia en los próximos días.

Moncloa trabaja en un plan para proceder a una «desescalada» gradual del confinamiento, tal y como anunció ayer el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en su comparecencia semanal en la comisión del ramo, pero esta no comenzará a implementarse hasta que «dobleguemos la curva», subrayó, y será ejecutada dentro del marco de un estado de alarma que el propio Sánchez ya avanzó que tratará de ampliar más allá del 26.

Esta hoja de ruta está siendo confeccionada por «un equipo de profesionales de máximo nivel en varias disciplinas», presumió, y se concretará «en varias etapas» atendiendo a cuatro principios: «Prudencia, evidencia científica, respeto a los derechos y libertades, y anticipación y estudio de los escenarios». Illa no ofreció esta vez ninguna pista de si la aplicación de este plan tendrá distintos ritmos según la afectación de los territorios, tal y como requieren Canarias y País Vasco, dos de las comunidades con la crisis más controlada.

Entre estas primeras medidas de apertura, Moncloa sopesa la posibilidad de permitir salir a practicar deporte en espacios abiertos o un permiso para que los niños puedan disfrutar de parques cercanos. También está sobre la mesa la opción de que las personas que superen cierta edad permanezcan confinadas en sus domicilios durante más tiempo, al ser el colectivo más vulnerable.

No obstante, Illa insistió en la urgencia de no bajar la guardia. «Hemos conseguido la ralentización, el siguiente objetivo es disminuir más los contagios, conseguir que el número de altas supere al de nuevos enfermos. Es necesario mantener el esfuerzo colectivo que toda la ciudadanía está realizando», defendió. 

Apertura «muy controlada»

La que no resultó tan precisa fue la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que en una entrevista en Antena 3 anunció en un primer momento que «los ciudadanos podrán ir recuperando su vida normal, la ocupación de las calles y de las plazas» a partir del próximo 26 de abril, aunque instantes después enmendó su propio error al afirmar que todavía no existe una fecha concreta en la que el Ejecutivo se avendrá a relajar estas medidas de aislamiento, y que en todo caso serán llevadas a cabo de forma «progresiva, ordenada y muy controlada», para que «no haya ningún pico no esperado de vuelta».

Oposición y socios denuncian la falta de material

 

F. Balado

El ministro Illa apeló de nuevo a la «unidad» para responder a la crisis del coronavirus, pero la crispación política solo parece ir en aumento, tal y como quedó constatado en su comparecencia de ayer en la comisión de Sanidad, que apunta a ser un pequeño aperitivo de lo que se vivirá en el debate de hoy previo a la votación de la autorización para prorrogar el estado de alarma.

La portavoz del PP, Cuca Gamarra, afeó al Gobierno «la arrogancia de atribuirse el mérito» por la mejoría de las cifras de contagios. «El mérito es del esfuerzo de la sociedad española y de todos aquellos que luchan en primera línea contra este virus sin las medidas de protección necesarias». La falta de material fue una de las denuncias constantes por parte de todos los grupos. «Falló en la prevención, y con su ineficacia y negligencia, están fallando en la protección», abundó Gamarra, que volvió a lamentar que «el 14 % de los contagiados corresponde a personal sanitario». Los populares volvieron a insistir a Illa, sin éxito, para que desvelase el nombre de la empresa intermediaria que adquirió el lote de test ineficaces.

Cs lamentó las contradicciones de Sanidad sobre el uso de mascarillas en la población no contagiada. «¿Hay que llevarlas? ¿Sí o no?», cuestionó Guillermo Díaz. Tampoco obtuvo una respuesta clara. Como ya viene siendo costumbre, el tono más elevado lo empleó Vox. El diputado Juan Luis Steegmann mostró más que dudas sobre las cifras oficiales de muertos con la pandemia: «Puede ser fácilmente un 75 % mayor».

BNG y ERC, socios de investidura, coincidieron en criticar la vuelta al trabajo de los sectores no esenciales. «¿Está el Gobierno en condiciones de garantizar a todos los trabajadores el acceso a material de protección? Si no es así, esa decisión nos parece sencillamente una irresponsabilidad», lamentó Néstor Rego.