Una mujer parapléjica de Miño es atendida por sus vecinos tras quedarse sola en el confinamiento

Toni Silva MIÑO

SOCIEDAD

Dice que su marido ha tenido que marcharse a Perbes para cuidar de sus padres, dos personas dependientes

07 abr 2020 . Actualizado a las 21:43 h.

Los vecinos de un edificio de la calle Galea en Miño atienden durante estos días del estado de alarma a Carmen, una mujer parapléjica de 48 años que se ha quedado sola en casa después de que su marido quedase confinado en casa de sus padres, en Perbes. «Son mayores y dependientes, mi madre tiene Párkinson, demencia, esquizofrenia, y mi padre sufre de espondilitis anquilosante, una artritis en la columna vertebral», relata Carmen, quien asegura que la situación podría ser diferente si se hubiera ejecutado la orden de la Xunta, «aprobada hace dos meses», que asigna a una persona de atención a domicilio 45 horas al mes a su madre. El Concello ha puesto al servicio de Carmen a personas del equipo de voluntariado. «Se lo he agradecido, pero la compra y otras gestiones ya la están haciendo mis vecinos, se están portando de maravilla conmigo», indica la mujer, parapléjica a raíz de una hernia y con movilidad muy reducida. «Por casa me puedo avanzar apoyándome, pero no puedo estar de pie, por eso no puedo cocinar y me alimento de yogures y comidas que puede preparar con solo calentarlas », señala.

A mayores, su marido acaba de recaer de una lesión de espalda mientras cuidaba de los padres de Carmen. «Se pasó la última noche inmovilizado, estoy desesperada», señala Carmen, quien indica que al principio del confinamiento no dudó en quedarse sola porque presentaba los síntomas que aunciaban un posible coronavirus.

«No puedo asegurar si finalmente era el COVID-19, pero estuve mal, ahora con el paso de los días esto se me viene encima», señala Carmen, quien insta a las Admninistraciones a resolver la ayuda de su madre y así poder estar más tiempo con su marido.