Elena Garrido: «Son asmática, pero veño vender á praza porque preciso o traballo»

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

SOCIEDAD

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Esta vecina de Cuntis realiza un trayecto de 45 kilómetros para acudir a su puesto en el mercado

07 abr 2020 . Actualizado a las 12:29 h.

El abastecimiento de la población durante esta larga travesía de confinamiento impuesta por el coronavirus es posible gracias a las historias de muchos valientes que cada día salen de sus casas para desempeñar su trabajo. Lo hacen porque así lo establece el real decreto de alarma y porque en estos tiempos difíciles, sobrevivir implica un coste muy elevado. Una de esas personas que hace posible que los ciudadanos puedan llevar cada jornada alimentos frescos a sus despensas es Elena Garrido, que pese a las dificultades, acude fielmente a su puesto de pescado en el mercado de abastos de la villa noiesa.

Hacerlo no es sencillo para ella porque, entre otras cosas, es una persona de riesgo: «Son asmática, pero veño vender á praza porque preciso o traballo».

Dado que el coronavirus tiene una incidencia especial en el sistema respiratorio, Elena Garrido tiene buen cuidado de salir de casa debidamente pertrechada: «Levo a medicación no bolso. Vou moi protexida».

Caída de la demanda

Pese a que extrema las precauciones, esta pescantina reconoce que «teño moito medo». Explica que para poder cerrar su puesto y acogerse a las ayudas establecidas para los autónomos «debería ter un 75 % de perdas. A esa porcentaxe non chego, pero un 50 % menos de vendas si que teño. A compra de peixe no mercado baixou moitísimo».

Que Elena Garrido esté al frente de su puesto para atender a los clientes, como ha venido haciendo en los últimos 15 años, tiene otro componente de dificultad añadido en estos tiempos en los que la recomendación es permanecer en casa para evitar los contagios: «Vivo en Cuntis, polo que teño que realizar un traxecto de 45 quilómetros ata Noia».

Ella continúa trabajando, pero las restricciones a la actividad derivadas de la crisis sanitaria han afectado a su familia: «O meu home está na casa cun ERTE. É chapista, polo que ao non poder traballar, a empresa optou pola regulación de emprego».

Además, residen con una persona mayor, un motivo más para que esta pescantina extreme las precauciones, tanto por ella como por quienes la acompañan.

Con la caída de las ventas, la situación se ha complicado un poco: «Teño que pagar os autónomos e facer fonte aos gastos fixos. Entre unha cousa e outra, ao fin de mes fan falla 600 euros para sufragar todo. Ademais, teño unha empregada. Hai que loitar moito, non queda outra. Estou a sacar o xusto para poder pagar as facturas».

Elena Garrido ve con incertidumbre el futuro y le preocupan las consecuencias sociales y económicas que ha provocado la pandemia: «Vexo a situación moi mal».