Decenas de multas en Galicia por los chivatazos de la «policía de balcón»

E. V. Pita / X. Ameixeiras / J. M. Jamardo / Carmen López / Serxio González VIGO, CARBALLO, RIBEIRA, FERROL, VILAGARCIA / LA VOZ

SOCIEDAD

Los avisos a las fuerzas del orden sobre supuestas vulneraciones del confinamiento son frecuentes, pero unos aciertan y otros no

07 abr 2020 . Actualizado a las 08:30 h.

La llamada policía del balcón no para, aunque no siempre acierta: hay de todo. Y en algunos lugares los chivatazos de los vecinos a las fuerzas del orden (se cuentan por decenas en Galicia) han ido de más a menos. 

La Policía Nacional de Vigo dice que las denuncias de la llamada policía de balcón son «llamadas que no son maliciosas, siempre aciertan». Hay muchos ejemplos, como el de un joven vigués que celebraba su fiesta de cumpleaños con la música a tope en su piso lleno de invitados, que se habían desplazado desde otros lugares, pese al confinamiento. Y un vecino molesto por el ruido llama a la policía. Más casos: también los vecinos alertaron de una fiesta en plena madrugada en un piso entre tres extranjeras que habían dado positivo en COVID-19 y que estaban con copas de vino en la mano y la música alta para vencer el «aburrimiento» durante el aislamiento. Hubo un día en el que la Policía Local intervino siete veces en la misma tarde por llamadas de los residentes. También en este caso la información era buena y localizaron a los infractores y les multaron.

Pero otras veces ocurre que el vigilante del balcón mete la pata. Eso le pasó a un vecino del entorno de Rosalía de Castro que llamó alarmado a la Policía Nacional porque veía desde su ventana más de una docena de ciudadanos supuestamente poco ejemplares paseando por la calle en plena alarma sanitaria. Los patrulleros acudieron al lugar y era gente haciendo la cola en un supermercado. Claro que, otras veces, las llamadas de los vecinos son claves para esclarecer un delito. Esto fue lo que ocurrió en Bouzas. Una residente observó a una pareja en la calle que actuaba de forma furtiva. Les siguió con la mirada hasta que vio que se detenían en una vivienda, que suele estar vacía, y se ponían a manipular la cerradura. La vecina facilitó la descripción a la policía y gracias a ella pudieron localizar a la pareja poco después en el exterior de un supermercado. Entre sus ropas llevaban oculto el botín. Y también se han dado casos de vecinos que vieron a un vecino pasear el perro por la manzana varias veces o uno que entró seis veces a comprar a la tienda.

Por su parte, en Carballo, la incidencia de denunciantes particulares a transgresores de la orden de confinamiento son ínfimas, según el jefe de la Policía Local, Roberto Mosquera, quien apunta que el 70 % de los denunciados son de fuera de Carballo y un 20 % aproximadamente son jóvenes. De las 84 denuncias, una mínima parte tienen su origen en chivatazos. No es el caso de Muxía, donde un agente comentó que al principio del estado de alarma recibían unas 20 o 25 llamadas diarias, muchas de ellas de hombres ya mayores que iban a ver cómo estaban sus embarcaciones. Con el paso de los días las llamadas ya se fueron reduciendo.

Cee también recibían al principio del confinamiento, pero también van a menos. De la treintena de denuncias que llevan solo tres o cuatro casos corresponden a llamadas de particulares. En Vimianzo también hubo alguna llamada, pero le restan importancia a su incidencia. En A Laracha tampoco han tenido gran incidencia, cuentan desde el puesto policial local.

Asimismo, las denuncias de vecinos sobre el confinamiento no son muy frecuentes en Barbanza aunque sí se producen algunas. En Noia, explican que pueden recibir una media de tres o cuatro al día, la mayoría de ciudadanos que están paseando. Sin embargo, «algunhas saídas están xustificadas». José Manuel Bretal, jefe de la Policía Local de Ribeira comenta que en cada jornada pueden tener dos o tres avisos denunciando a gente que está paseando.

Fuentes policiales de Boiro destacan que reciben alguna que otra llamada esporádica, aunque también alguna presencial. El sábado acudió a las instalaciones policiales un hombre para poner en conocimiento de los agentes que en la plaza de abastos había mucha gente. Las llamadas en la centralita de A Pobra son más bien escasas, aunque «case sempre son as mesmas personas as que a fan para denunciar a toxicómanos que andan pola rúa».

La policía carnotana a veces tiene que emplearse a fondo para atender los chivatazos de algunos vecinos, ya que tienen una media de tres avisos al día.Uno de ellos era para denunciar a un vecino que todas las noches bajaba a la misma hora para meterse en su coche donde permanecía bastante tiempo. Cuando fue sorprendido por los agentes, este lo hacía para robarle la wifi a su vecino. Las denuncias vecinales acabaron con las andanzas de un buzo y también con la apertura clandestina de un bar.

En Ferrol y en Narón también se han producido denuncias, según informan las respectivas policías, aunque no estánm contabilizadas, informa la Delegación de La Voz.

En Vilagarcía no hay cifra concreta de denuncias entre vecinos, aunque sí  consta que se están incrementando. No solo por vulneración del confinamiento, sino también en protesta por las celebraciones diarias entre ventanas que se realizan en la plaza de Ravella, con música, cantos e incluso peticiones de tal o cual canción. Sí es curioso el caso de una pareja de Madrid a la que sorprendió la Policía Local ayer, cuando se estaba instalando en su segunda residencia de Carril. Fueron unos vecinos quienes los denunciaron