Horas antes ambos políticos habían tratado de acallar las voces que pedían que se produjera la sucesión temporal. «Estoy con muy buen espíritu», tuiteó en la mañana el premier, mientras que en la tarde el jefe de la diplomacia británica aseveró que éste «continuaba a cargo del Gobierno».
Pese a que los portavoces oficiales no dieron más detalles sobre la condición del político conservador, el diario londinense The Independent aseguraba que estaba consciente y que no había sido conectado a un respirador en el hospital Saint Thomas, ubicado a pocos metros del Parlamento y del 10 de Downing Street.