Álex Pérez: «Díxenlles ós axentes que se non podía voar a Bos Aires, quedaba no aeroporto porque non tiña onde ir»

Ana Gerpe Varela
A. gerpe RIBEIRA / LA VOZ

SOCIEDAD

cedida

Este vecino de Ribeira atrapado en Argentina intenta llegar a casa

04 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Recorrer Sudamérica era un sueño del ribeirense Álex Pérez, que el coronavirus ha convertido en pesadilla. Sin más equipaje que una mochila y una tienda de campaña, cruzó el Atlántico en diciembre para conocer el territorio. Ahora, su objetivo es poder abandonarlo: «Non podo contactar coa compañía coa que ía voar. Teño un billete para o 14 desde Bos Aires con destino Suíza, e logo outro ata Lisboa. Só quero saber se vou poder chegar a Portugal e, dende alí, ir a Ribeira. Insisto cada día, pero non atopo nada certeiro».

La noticia del cierre de fronteras y la expansión del coronavirus le llegó cuando estaba en Bolivia y tuvo claro que, dada la situación en la que está el país, tenía que irse. Además, en una zona de acampada en la que había estado semanas antes había conocido a unos argentinos que le habían dado su teléfono y a los que, en caso de necesidad, podría recurrir en busca de ayuda.

Durmiendo en una estación

No si dificultades, Álex Pérez logró llegar a la ciudad Argentina de Jujuy, donde comenzó una odisea de desesperación: «Durmín dous días na estación de autobús». Después consiguió acceder al aeropuerto, donde pernoctó otro día: «Díxenlles aos axentes que se non podía voar a Bos Aires, quedaba no aeroporto porque non tiña onde ir. Tratábannos aos estranxeiros como apestados e aos arxentinos dábanos de lado. Ao final entenderon o problema e un policía axudoume. Falou cun encargado dunha compañía e, por sorte, metéronme nun voo».

Reconoce que la situación es difícil: «Hai moita xente atrapada». Antes de conseguir que lo metieran en el vuelo a Buenos Aires le hicieron pruebas para comprobar que no estaba infectado.

En Ribeira, su madre vive con angustia la situación, tanto que no dudó en recurrir al alcalde, Manuel Ruiz, para que echase una mano a su hijo: «Estoulle moi agradecido. Chamoume un delegado da Xunta en Bos Aires explicándome que o rexedor se puxera en contacto con eles. Non sei o que vai suceder. Está proxectada a saída de varios voos nos vindeiros días, pero aínda non sei que pasará. Ao parecer aterran en Madrid».

La buena noticia es que al llegar a Buenos Aires, tras no pocas vicisitudes, Álex Pérez pudo contactar con Aníbal, una de las personas que conoció en la acampada: «Foi toda unha aventura poder sobrevivir». El argentino le ha dejado un piso y, por lo menos, no está en la calle.