Manel Loureiro: «Cuando esto acabe, las librerías de barrio nos van a necesitar a nosotros, a los lectores»

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

SOCIEDAD

Emilio Moldes

El escritor explica cómo pasa el tiempo de confinamiento

23 jul 2020 . Actualizado a las 19:45 h.

Paulatinamente, lo que tan solo era una pequeña noticia breve en los periódicos se transforma en una epidemia de proporciones devastadoras que, devorando país tras país, amenaza con aniquilar a toda la humanidad». Así se publicitaba en el 2007 la opera prima del pontevedrés Manel Loureiro, Apocalipsis Z. El principio del fin, un autor que empieza a ser comparado con Julio Verne al anticipar algunas de las claves de la pandemia del coronavirus ya no solo con esta obra, sino también con su última novela, Veinte, donde la mutación de un prion, un agente infeccioso, causa el suicidio de la mayor parte de la humanidad.

—Es de los autores que han decidido rebajar el precio de su última novela para hacer más llevadero este período.

—Sí. Yo no tengo la potestad de rebajar el precio, porque lo pone la editorial. Una cosa es que tengas los derechos de tus libros y los pongas al precio que tú quieras y otra lograr que una editorial como Planeta ponga en marcha los mecanismos y se mentalice de que hay rebajar el precio, ponérselo fácil a la gente... Además, en un momento en el que tienen a la mitad de la gente teletrabajando. La respuesta ha sido cojonuda.

—Hablamos del formato digital.

—No solo. Ahora solo hay dos maneras de comprar libros. O en formato digital, o a través de plataformas como Amazon. Pero como autor tengo que recomendar que los libros hay que adquirirlos en las librerías de barrio, es a las que hay que dar vida y son las que van a estar ahogadas cuando esto acabe, entonces nos van a necesitar a nosotros, a los lectores. Ahora estamos en un momento de hacerlo por estos dos cauces, pero de nada vale comprar ahora un montón de libros en formato papel a una plataforma si cuando esto acabe no vas a gastar ni un euro en las librerías.

—¿Qué dice a los que le consideran un anticipador de la situación actual?

—Estos días he hecho la broma de que mientras no llegue la noticia de que un muerto se ha levantado de su tumba, toda va bien. Yo había hecho mucho trabajo de documentación y esta situación daba por descontado que iba a ocurrir. Esto iba a pasar y va a volver a pasar.

—¿Y a qué se está dedicando durante el confinamiento?

—¿Con dos niños en casa? A sobrevivir. Ahora en serio. Los niños, por tónica general, lo llevan mejor que muchos adultos, con mucha tranquilidad, a lo mejor, porque no son conscientes. Estoy con las correcciones de mi próxima novela, que va a salir en octubre.

—¿Tiene título?

—No, no tiene aún. El título del trabajo es La puerta, pero no va a ser el definitivo. Puedo adelantar que es una novela que está ambientada en gran parte en Pontevedra. Es una novela gallega, como Apocalipsis Z, y en Planeta están entusiasmados con ella.

—¿Cómo está afectando el coronavirus al resto de sus proyectos?

—Hay varias cosas en marcha, pero el coronavirus lo ha frenado todo. Están como todo el país, con el botón de pausa apretado