Fallece a causa del coronavirus a los 58 años el misionero vigués Gonzalo Dasilva

La Voz

SOCIEDAD

El miembro de la congregación de misioneros combonianos murió en Madrid

02 abr 2020 . Actualizado a las 16:35 h.

El sacerdote vigués Gonzalo Dasilva Fernández, de 58 años, falleció en Madrid a causa del coronavirus. El padre Gonzalo Antonio Dasilva Fernández, nació en Vigo el 25 de julio de 1962. Estudió en el Seminario Menor de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús tenían en Santiago. Hizo su postulantado en Granada, donde estudió en la Facultad de Teología. En 1983, comenzó su noviciado en Moncada (Valencia), donde después de dos años hizo su primera profesión religiosa como Misionero el 25 de mayo de 1985. Prosiguió sus estudios teológicos en Londres y Roma, siendo ordenado sacerdote en España el 7 de Julio de 1990.

En 1992 fue destinado a trabajar a la misión que realizan los Misioneros Combonianos en Togo, Gana y Benín. Allí trabajó durante 18 años, hasta el año 2010. Según los miembros de su congregación, en África realizó un «grandísimo trabajo en estos países, ayudando mucho al buen funcionamiento de la misión».

En el año 2011 fue llamado de vuelta a España para encargarse del economato provincial. Aquí ha realizado su trabajo con muchísima dedicación y empeño, tratando de ayudar a la realización de muchos proyectos de desarrollo y evangelización que los misioneros combonianos y otras instituciones católicas realizan en los países más pobres.

El pasado domingo 29 de marzo por la tarde, fallecía en Madrid a causa del virus COVID-19. Unos pocos días antes había comenzado a sentir síntomas leves, como tos y un poco de fiebre, lo que le hizo que se recluyera en su habitación, donde fue seguido por los compañeros y la atención médica telefónica. Parecía que la situación iba mejorando, pero el domingo 29 tuvo una crisis y con sorpresa de todos, falleció. Ha sido el primer comboniano español fallecido a causa de este virus.

Sus compañeros, destacan que Gonzalo era un sacerdote siempre amable y solícito, que siempre escuchaba a quien se acercase a él. Tanto en África como en España, fue una persona alegre, sencilla y muy querida, por eso manifiestan que le echarán mucho de menos. La Delegación de Misiones, en nombre del Obispado de Tui-Vigo, se ha unido al dolor por la pérdida de este misionero nativo de Vigo, transmitiendo su apoyo y condolencias a su familia, a la Congregación Comboniana y al Servicio comunitario de animación misionera, con el compromiso de celebrar en Vigo una misa-funeral por su eterno descanso, cuando termine el estado de alarma, y pueda restablecerse el culto público en los templos.