Los hosteleros de Vilagarcía ponen sus esperanzas de futuro en poder estar abiertos en Santa Rita

A. garrido / s. gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

SOCIEDAD

MARTINA MISER

Un cierre que se prolongara mucho más tiempo condenaría a muchos a no volver abrir

01 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Lo veíamos venir». Ríchar Santamaría, presidente de la asociación de hosteleros Ahituvi, dice que, pese a que los acontecimientos se fueron sucediendo a ritmo de vértigo durante los primeros días de marzo, quien más quien menos ya se olió en aquella semana en la que todo se desbocó que los bares y cafeterías iban a tener que echar el cierre antes que después.

Y así fue. Primero fueron los colegios, luego los bares y finalmente llegó el estado de alarma en el que estamos inmersos y que ha sembrado una gran inquietud entre los pequeños autónomos, que son la inmensa mayoría en el sector de la hostelería. Una inquietud que se basa, principalmente, en que no se ve la luz al final del túnel. Cada comparecencia matinal de Fernando Simón en La Moncloa es escrutada de arriba a abajo por todas esas personas que se han visto obligadas a echar el cierre a sus negocios.

La imposibilidad de saber cuándo podrán poner de nuevo una caña, o un café, a sus clientes es toda una amargura. Ya con la Semana Santa perdida, y eran esas unas fechas que siempre garantizaban un lleno en la comarca por la celebración de eventos como la Vilagarcía Basket Cup o la fase previa del Arousa Fútbol 7, las miras ahora se centran en el mes de mayo

«Si podemos estar en Santa Rita abiertos, todavía podríamos salvarnos. Como tengamos que llegar a junio con los negocios cerrados la cosa se va a poner dramática», afirma Ríchar, que prefiere ser más realista con las fechas que optimista.

Los que siguen

No todos los negocios de hostelería han tenido que echar el candado. La Pulpería Ruedo, por ejemplo, tiene todavía las brasas encendidas porque sirve comida a domicilio, y es una de las excepciones que se recogen en la actual situación.

El movimiento de pedidos durante la semana baja bastante, apunta el gerente del Ruedo Óscar Caseiro. Durante el fin de semana sí que se encuentran con más pedidos, con el pulpo y el churrasco como especialidad más demandada.

En todo caso, y como sus demás compañeros de oficio, en el Ruedo tienen claro que la situación se convertirá en insostenible si se prolonga mucho más en el tiempo. Esos festejos de Santa Rita pueden ser el clavo ardiendo al que se agarre la hostelería vilagarciana para poder a remontar el vuelo de cara a un verano que, también, probablemente sea muy diferente al de los últimos años. En cualquier caso, Richar Santamaría ya avisa. «Este año voy a organizar un San Xoán en mi local que va a ser como nunca», dice. Y ojalá que así pueda ser y que todos lo veamos.