Burlando el cierre: del truco del perro estreñido al coche diésel que necesita rodar

Antonio Longueira Vidal
T. Longueira CARBALLO

SOCIEDAD

OSCAR CELA

A la hora de pasarse la cuarentena por el arco del triunfo los hay que afinan el ingenio hasta límites insospechados

01 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A la hora de pasarse la cuarentena por el arco del triunfo los hay que afinan el ingenio hasta límites insospechados. Todo por darse un garbeo y poner en riesgo sus vidas y las de los demás. Como si la cosa no fuera con ellos. En Carballo, la Policía Local tramitó el pasado fin de semana una veintena de denuncias, remitidas a la Subdelegación del Gobierno.

Así, una mujer se pasó tres horas paseando al perro por la zona de O Rego da Balsa. Tras ser requerida por los agentes alegó que su mascota no había hecho todavía caca y, por tanto, no podía regresar al domicilio. Mientras, el pobre animal pedía papas. El estreñimiento del can le puede acarrear a la dueña una multa de 600 euros.

También en Carballo hay quien debe cambiar de coche urgentemente porque el actual debe de estar en las últimas. En plena madrugada una patrulla de la Policía Local siguió a un conductor por varias calles del casco urbano carballés. El supuesto infractor se paseó por la travesía de Malpica, la avenida Bergantiños, Carballo Calero... Y así hasta ocho calles hasta que los agentes decidieron dar por finalizado el paseo nocturno. Pararon al conductor y tras preguntarle los motivos por los que había cogido el vehículo en plena madrugada, este respondió que el coche llevaba tiempo parado y al tratarse de un motor diésel requería de más tiempo para calentar. La broma le puse salir cara: 600 euros.

Pero el colmo del descaro lo protagonizaron el pasado jueves dos vecinos de Carballo. Circulaban en un Audi A4 juntos, sin mascarilla. Sobre las siete y media de la mañana fueron interceptados por una patrulla de la Policía Local en la avenida de Fisterra. En su defensa alegaron que iban de pesca. Pero es que además en la base de datos el vehículo constaba que carecía de ITV y seguro en vigor. El coche fue inmovilizado y los dos infractores se quedaron sin jornada de pesca.

Luego ya los hubo que no se andaban por las ramas. El ingenio no iba con ellos. Como el de un joven que esgrimió a los agentes que estaba liando un cigarrillo y que precisaba tomar un poco el aire: «Hai veces que un sobra na casa», espetó tan tranquilo.