Un búnker en el que atravesar los peores días del coronavirus

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

SOCIEDAD

MONICA IRAGO

La vieja residencia de la orden, negociada con Ravella para casos de aislamiento, dispone de cocina, biblioteca y una enorme huerta

01 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Si todo avanza como está previsto, ocho de las trece habitaciones con las que cuenta la antigua residencia de la Orden de los Misioneros Claretianos en Vilagarcía comenzarán a funcionar esta semana como espacios de alojamiento durante la pandemia del coronavirus para aquellas personas o familias que los servicios municipales determinen. Lo cierto es, independientemente de que el acuerdo al que ha llegado Ravella con los padres no se extienda al conjunto de las instalaciones, el edificio que se abre en el número 12 de la plaza de la Constitución ofrece unas prestaciones amplísimas a la hora de abordar episodios de crisis como la que ha desatado el COVID-19. Además de los dormitorios de la segunda planta, allí hay un comedor de buenas dimensiones, una cocina, biblioteca y una huerta que, tiempo después de que el lugar quedase deshabitado, en septiembre del 2017, seguía produciendo fruta de todo tipo, aunque ya solo los pájaros diesen cuenta de ella.

Conviene aclarar que no se trata de un albergue para personas sin hogar. El tiempo dirá cómo y para qué se hace necesario, pero para ese cometido el equipo de Alberto Varela ha habilitado ya una treintena de camas en el recinto de Fexdega. Lo que la residencia quiere ser durante este período de confinamiento es un recurso a disposición de quienes, por los motivos que sean, se hayan visto confinados en lugares de escaso recorrido -un apartamento cuyo alquiler se acaba, alguien que viva solo y no pueda ser atendido- o se encuentre en circunstancias excepcionales y necesite un sitio en el que refugiarse mientras el estado de alarma siga en vigor.

Para poder acceder a una plaza, cada potencial usuario necesitará someter su caso a una evaluación previa por parte de los servicios sociales municipales. Son ocho los que el Concello ha preparado, pero, de ser preciso, podrán activarse los trece dormitorios de que dispone el edificio.

Limpieza, ropa de cama y arreglo de la caldera

Las áreas de Obras y Servizos Sociais son los departamentos que han trabajado más a fondo en la puesta a punto de la residencia de los padres. Además de la limpieza, ha sido preciso llevar a cabo algunas pequeñas reparaciones. La más importante, la de la caldera que proporciona agua caliente y calefacción. Ravella prevé que los trabajos y la dotación de nueva ropa de cama estén listos para que el servicio esté disponible desde hoy mismo.