Paco, con 77 años y múltiples patologías previas, dice adiós al coronavirus

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

SOCIEDAD

Xoán A. Soler

Este compostelano ingresó el domingo 22 en el CHUS tras dar positivo, y siete días después ya le han dado el alta

30 mar 2020 . Actualizado a las 16:35 h.

Si el ánimo influye en la recuperación, ese puede ser uno de los secretos de Paco Barreiro Villar, un compostelano de 77 años que ingresó el pasado 22 de marzo en el CHUS tras dar positivo en coronavirus, y que siete días después ya lo cuenta felizmente desde su casa. Porque él mismo admite que «siempre fui una persona muy fuerte, muy estable».

Lo cierto es que tenía todas las papeletas para ser un paciente de alto riesgo. A la edad suma tres infartos, EPOC, diabetes... «La médico de cabecera que me lleva siempre, Chus Freiría, les explicó a mis hijos que yo era una persona con un riesgo bárbaro, y que no nos esperásemos milagros».

Pero el milagro llegó. Ingresó hace ocho días en el Clínico de Santiago. Asegura que no llegó a sufrir enormemente ni a estar físicamente mal en ningún momento, pero los dos primeros días sí fueron difíciles, «estaba ingresado con un señor muy amable que venía de un viaje de Benidorm del Imserso y también estaba contagiado. Nos teníamos pánico unos a otros, los enfermos a nosotros y nosotros a ellos, no sabíamos lo que nos iban a hacer, pero en el momento en el que nos estabilizamos todo fue con mayor tranquilidad, tanto para ellos como para nosotros».

Ahora le tocan quince días de confinamiento con su hija Curru en su casa de Milladoiro. Se encuentra «estupendamente, un poco abrumado porque parezco la Belén Esteban de barrio». Y es que ha copado noticias en numerosos medios nacionales. De hecho, unas horas después de hablar con él, recibía la llamada del presidente de la Xunta. «Estoy muy tranquilo pero algo asustado con la trascendencia que han alcanzado mis bromas, y no quiero olvidarme de que hay mucha gente que sufre, pero lo que intento es tranquilizar a la gente».

La edad y las patologías previas parecen una losa en el COVID19, por eso Paco quiere transmitir un mensaje de esperanza «eso es lo que reivindico, que también se puede superar». Y es que «yo ya tenía de todo, y ahora tengo otra cosa más, pero de momento aguanto», dice entre carcajadas.

A los profesionales que le atendieron en el hospital solo puede mostrarles su agradecimiento. Para ellos también son momentos muy complicados, «nos tenian pánico, mi compañero y yo fuimos conscientes de que éramos la plaga que les podía afectar, por lo que su trabajo era más difícil por sus miedos. Hemos tenido a profesionales con una voluntad de agradar enorme y sobre todo con unas normas muy estrictas en cuanto a los protocolos que tenían que seguir».

Padre de cuatro hijos, ahora le toca recuperarse en casa. Pasar por algo así le ha cambiado la perspectiva «es posible que esto haya sido un aviso, y aunque no he sufrido mucho sí que tengo una sensación de prevención, de alerta».

Porque en su vida ha habido palos, uno de los más grandes el alzhéimer diagnosticado a su mujer, «en ese momento se te viene todo encima, te derrumbas pese a ser fuerte, porque piensas en tus hijos y en lo que les queda». Pero de momento toca disfrutar, eso sí, aislados y cumpliendo todas las medidas de prevención, «tenemos que darnos cuenta de que podemos matar, nos podemos convertir en asesinos por imprudentes, hay gente que se lo toma a la ligera pero tenemos que quedarnos en casa y cumplir con las normas, eso por encima de todo».