Gracias a la ayuda de particulares de todo el país y a la inmobiliaria ferrolana Massi consigue una casa
28 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El vídeo con el que Silvia Seoane pedía ayuda para una persona sin hogar de Fene y su perro le ha cambiado la vida. La vecina de Fene lanzaba un mensaje a través de las redes sociales que se ha difundido por todo el país y con el que le ha conseguido un hogar. En gran medida gracias a la colaboración de la inmobiliaria ferrolana Massi. «Me enteré al leer de La Voz de Galicia. Como conozco a Silvia le pregunté cómo podíamos ayudar y hemos conseguido un piso en Ferrol», explica Graciela de Oliveira, de la inmobiliaria.
Cada granito de arena suma y una cadena de ayuda desinteresada ha logrado una vivienda para esta persona sin hogar que recaló en Fene hace cuatro años. La inmobiliaria contactó con un piso posible en Ferrol y ambas partes ayudaron. Los primeros, poniéndose cómo aval para el contrato, los propietarios, rebajando el precio. «Nos conocen y se fían de nosotros y nosotros sabemos que no habrá problemas para pagar porque hay mucha gente ayudando», explica Graciela.
Es la punta de un iceberg de ayuda. Silvia, la vecina que puso en marcha todo el proceso, recuerda que recibió muchas consultas tras publicarse la noticia. «Hemos tenido muchas pequeñas aportaciones, pero no solo de gente de aquí, se ha interesado gente de sitios como Granada o Murcia», destaca. Ahora necesitan lograr un colchón económico para ayudarle en el alquiler del piso y mientras logran que reciba ayudas.
La pandemia del coronavirus agravó la situación de este chico sin hogar y su perro al que Silvia y sus amigas llevan años ayudando. «Él solo quería que no le apartasen de su perro, es todo lo que tiene, su familia», destaca. Y, no solo ha logrado un piso, en el que está previsto que entre hoy, sino ayuda para reencauzar su vida. «El confinamiento dificulta mucho hacer los trámites pero cuando todo vuelva a la normalidad queremos empadronarle en este piso, tramitarle el bono social y la ayuda del agua», explica Graciela. Todo con el único fin de que pueda estabilizarse y lograr un trabajo para no tener que regresar, ni él ni su perro, a la calle.