Los expertos alertan del impacto del confinamiento en el reloj biológico

SOCIEDAD

xoan a. soler

Esta próxima madrugada a las dos serán las tres. Una hora menos encerrados en las casas pero más horas de luz sin poder disfrutar

28 mar 2020 . Actualizado a las 10:37 h.

Durante la madrugada del sábado al domingo a los dos serán las tres. Esto significa una hora menos de confinamiento. Además, adaptarse al cambio estacional durante la crisis del coronavirus costará mucho menos. En condiciones normales cada vez que nos toca adelantar la hora suele desajustarse el reloj social, que determina el horario de trabajo y el tiempo de ocio, con el reloj solar.

«Los seres humanos tenemos un marcador endógeno que está en el cerebro, en el hipotálamo, que ordena cuándo tienen que producirse los procesos fisiológicos. El problema es que tiende a retrasarse y se aproxima más a un período de 25 horas que de 24. El cambio en invierno nos da una hora más y, por tanto, se aproxima a ese ciclo, pero en esta época del año nos las quitan. Por ello, se producen más desajustes con este cambio de hora», explica María Ángeles Bonmatí, investigadora en el Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia. Sin embargo, todo estos trastornos desaparecen en la situación actual, encerrados en casa y sin horarios. «Los efectos de este cambio estacional serán menos intensos al no tener tantas obligaciones, como por ejemplo levantarnos muy temprano el lunes», sostiene.

Potenciar el contraste

Eso sí, habrá que lidiar con la idea de que a las nueve de la noche sea todavía de día y esté prohibido salir a la calle. Si además el cielo está despejado, la frustración será todavía mayor. Por otra parte, hay que tomar medidas para adaptarse al nuevo contexto. Los expertos recomiendan potenciar el contraste en esta situación. «Esto quiere decir que hay que aumentar la diferencia entre las distintas partes del día. Aunque estemos en casa debemos intentar recibir una buena cantidad de luz durante el día y estar a oscuras de noche. Hay gente que está sufriendo los efectos de la falta de luz natural. Debemos pasar tiempo cerca de la ventana e ir disminuyendo la luz hasta quedarnos a oscuras», recomienda Bonmatí. «Siempre que sea posible también es muy beneficioso crear un espacio en nuestras casas dedicado exclusivamente para el trabajo y otro para los momentos de ocio», añade.

Estos consejos tratar de evitar que la jornada se convierta en un bucle continuo en el que cuesta diferenciar el ocio del trabajo y el día de la noche y así minimizar el daño que pueda ocasionar esta situación de confinamiento. «También hay que tratar de dormir bien, porque es uno de los aspectos más importantes de la cronobiología. No recibir suficiente luz durante el día ya está afectando a la conciliación del sueño», confiesa.

Además, el trastorno que suele generar el cambio de hora estacional podría únicamente retrasarse o incluso transformarse en uno nuevo cuando los gallegos abandonen el confinamiento y salgan al exterior. «En el momento en el que volvamos a la rutina nos costará readaptarnos al horario social y ambiental», asegura.

Meridiano de Greenwich

No debe confundirse el cambio de hora estacional con el asunto del huso horario. En la Tierra existen 24 husos que suele representarse con líneas en un mapa que se destaca el meridiano cero o de Greenwich como referencia para calcular la hora en cualquier lugar del mundo. Pero la línea que divide la luz de la oscuridad no coincide con ese meridiano. Debatir en base a Greenwich, en realidad, no tiene mucho sentido.

«Sobre o fuso horario non hai debate. Na comisión de expertos concluímos cunha razoable unanimidade que non hai pé para el. Sobre o cambio estacional houbo pronunciamento da Comisión Europea e do Parlamento Europeo a favor de quitalo, pero queda o paso do órgano que aglutina aos gobernos, e espero que aí impere a cordura, porque afortunadamente hai gobernos que se plantan, como o portugués e algún outro máis, en base á obvia realidade do movemento do noso planeta», explica el físico Jorge Mira, que defiende el cambio estacional. «Se tivésemos o horario de inverno todo o ano, ás 8.30 da mañá durante os primeiros días de verán o Sol estaría máis alto no horizonte ca en calquera momento do día dos meses de inicio do inverno en calquera punto de España, algo demencial. Ademais, na zona oriental de España sairía o sol antes das 6 da mañá durante catro meses ao ano. Isto crearía un imporante desfase respecto ao punto solar», advierte Mira.