Los infectados de COVID-19 en el continente africano ya superan los 2.800 y hay al menos 75 muertos, mientras la OMS alerta de que deben estar «preparados para lo peor»
26 mar 2020 . Actualizado a las 16:28 h.La crisis del coronavirus está sacudiendo los cimientos del sistema sanitario de países del primer mundo, pero la expansión de la pandemia también es notable en zonas con recursos escasos o prácticamente inexistentes. Cada vez, surgen más dudas sobre lo que la evolución de los contagios a nivel global puede suponer en algunas partes de sudamérica, pero también del continente africano. Este último caso supone una auténtica bomba de relojería, ante unas cifras de infectados que ya superan los 2.800, con al menos 75 muertos. Son tan solo los datos correspondientes a 46 naciones africanas que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS) para un continente que hace un mes contaba con un solo contagio, pero que ahora registra la friolera de 300 al día.
Aún podemos contener el virus en muchos países»
Fue la la directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti, la que alertó de la necesidad de frenar la epidemia en este área, rompiendo además una lanza por la esperanza: «Aún podemos contener el virus en muchos países». No obstante, se trata de un reto que pasa por acabar con los casos importados, todavía muy numerosos. La hoja de ruta a seguir que recomendó la doctora botsuana se centra en aislar de forma segura a todas las personas que llegan al continente, antes de que se incorporen a sus funciones en campos de refugiados y asentamientos informales de población. Ante la situación real de positivos en COVID-19 -la mayor parte de los países carecen de un buen sistema de diagnóstico-, Moeti también se mostró optimista al indicar que la OMS descarta que «haya una extensión generalizada de casos sin reportar».
Con todo, varios de los países africanos ya han implementado medidas de restricción a su población para contener la crisis sanitaria. Sin llegar al centenar de positivos, la mayoría optó por cerrar las fronteras terrestres, marítimas y aéreas, así como decretar cuarentenas o toques de queda. Sobre esta estrategia, la máxima responsable de la OMS en África destacó que debe ser compatible con la creación de corredores humanitarios y el traslado de personal médico y expertos.
Del ébola y el zika al COVID-19
A pesar de las esperanzadoras declaraciones de Matshidiso Moeti, el director general de la OMS, Tedros Adhanom, ya había sido contundente con el escenario de la pandemia en África al dirigirse a los africanos para que «estén preparados para lo peor» en una parte del mundo que cuenta con una ratio de sólo dos médicos por cada 10.000 habitantes y un millar de plazas de uci en todo el continente. Desde esta organización ya se han enviado 90.000 equipos de protección y se ha formado a 11.000 sanitarios.
El director para el control y prevención de enfermedades de la Unión Africana, John Nkengasong, fue más allá y señaló el ingente volumen de pacientes inmunodeprimidos -24 millones de infectados por el sida- y desnutridos, que deberán enfrentarse al coronavirus con las mismas condiciones con las que plantan cara a enfermedades como el ébola, el cólera, la fiebre de Lassa, la tuberculosis, el zika o el chikunguña.
La cuarentena en países en guerra o sin recursos
Desde la OMS también fueron claros en la dificultad añadida que supone lograr que las personas cumplan el confinamiento en países que incluso tienen guerras y conflictos armados en curso o que directamente su población carece de acceso a agua y hospitales. «Confinar a una población que vive del día a día no es fácil», indicó el enviado especial de la OMS para la COVID-19, Samb Sow, quien apuesta por acompañar las medidas implementadas de una campaña de comunicación y una importante labor humanitaria para rebajar el impacto económico que tendrá la crisis del coronavirus en África. Sow, incluso abordó la situación de miles de familias del continente africano que conviven hacinadas por decenas en minúsculos espacios, expresando sus dudas de que sea positivo aislar a un paciente de COVID-19 en un hogar de dichas características.
Es crucial que no abandonemos ahora nuestra responsabilidad global. Podemos ver claramente que si ignoramos un brote de COVID-19 en un país, eso llevará rápidamente a un aumento de caso en otro»
En este sentido, la oenegé Save the Children inició una campaña de donaciones que tiene como objetivo reunir 27,7 millones de euros en los próximos meses. Desde la organización no esconden la importancia de actuar en África para evitar futuras propagaciones o el mazazo que puede suponer el coronavirus en su población empobrecida. «Aunque sabemos que los donantes reciben muchas peticiones, es crucial que no abandonemos ahora nuestra responsabilidad global. Podemos ver claramente que si ignoramos un brote de COVID-19 en un país, eso llevará rápidamente a un aumento de caso en otro», destacó Eric Hazard, portavoz de la Save the Children.