Rodrigo Aguirre, médico residente: «No podríamos estar aquí si no nos cuidáramos entre nosotros»

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

Rodrigo Aguirre estuvo en cuarentena y ya ha vuelto al trabajo
Rodrigo Aguirre estuvo en cuarentena y ya ha vuelto al trabajo

Es su segundo año como mir en el Chuac coruñés, forma ya parte de esa promoción que, en plena formación, vivirán la dura enseñanza de la peor crisis sanitaria que se recuerda

26 mar 2020 . Actualizado a las 23:13 h.

Es su segundo año como mir en el Chuac y Rodrigo Aguirre del Pino forma ya parte de esa promoción de médicos que, en plena formación, vivirán la dura enseñanza de la peor crisis sanitaria que se recuerda. Él, que se especializa en Reumatología, ya ha pasado por una cuarentena. Tras el aislamiento, ha vuelto a la primera línea de fuego, en las urgencias del Hospital Universitario A Coruña.

-¿Recuperado?

-¡Perfectamente! Yo estoy bien, nunca tuve síntomas. Fue una cuarentena preventiva por un contacto de riesgo con un paciente COVID-19 en urgencias.

-¿Cómo fue lo de estar aislado?

-Bastante bien, pensé que iba a ser peor. Evité el contacto con otras personas y poco más.

-¿Y la familia, cómo lo llevó?

-Al principio no se lo dije. No tengo familia aquí, soy de Mieres (Asturias). Esperé a saber que no daba positivo. Sí, se asustaron un poco. Ninguno es sanitario, entonces la preocupación es mayor.

-¿Los sanitarios lo llevan mejor?

-De otra forma. Más que más tranquilidad, tenemos una visión más global. Entender ayuda a perder un poco de miedo.

-¿Qué tal ha sido la vuelta?

-En mi primer día empecé con guardia. Lo echaba de menos. Tenía ganas de volver para sentirme útil. Estar en casa sin tener nada mientras los demás se dejan la piel… es difícil.

-¿Las cosas han cambiado?

-Hay trabajo hasta los topes. Y se espera que suba más. Estamos vigilantes. Es raro, hay como un ambiente de tensión que no acaba de romper. Lo peor está por llegar. En urgencias empieza a haber compañeros de baja y hay mucha preocupación en la gente. Pero lo importante es la calma. Todo lo que sube baja. Por supuesto

-¿Y los pacientes?

-Veo más inquietud sobre todo por la familia, por la posibilidad de contagiar, no tanto por pasarla ellos. A la mayoría le preocupa que el virus pase a sus mayores, a los padres... Lo entiendo. Yo no me planteo volver a Asturias al menos hasta dentro de dos meses.

-Pese a la dureza de la situación, para los residentes supone todo un aprendizaje, ¿no?

-No tiene precio. Es emocionante porque vivimos un momento histórico y participamos de forma activa. Estamos apoyándonos unos en los otros. Es un momento de unidad. Se nota mayor compañerismo, te cubren, te ayudan... Entre nosotros intentamos que sea lo más llevadero para nosotros mismos y por supuesto para los pacientes. No podríamos estar aquí si no nos cuidáramos entre nosotros. Intentamos estar donde más hagamos falta, hacemos más guardias y se han pospuesto cosas para cuando pase esto. Yo debería estar rotando en laboratorio, pero ya se hará más adelante.

-La sociedad lo valora. Todas las tardes hay aplausos...

-La verdad es que sí, es emocionante y los agradecemos, de verdad, sinceramente. Todos estos homenajes están muy bien, pero nos hace falta sobre todo que la gente se quede en su casa, que sea responsable y consciente de lo que está pasando. El mejor homenaje es que la gente sea responsable, consigo misma y con el colectivo, la comunidad. Son tiempos en que hay que ser menos individualistas y pensar en el bien común.