Luis Bonilla, un noiés confinado en Italia: «Sin generosidad no vamos a sacar el mundo hacia delante»

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro sevilla RIBEIRA / LA VOZ

SOCIEDAD

CEDIDA

Viviendo la crisis del COVID-19 en el país transalpino, confiesa que se le puede buscar el lado positivo

25 mar 2020 . Actualizado a las 14:31 h.

Noiés de adopción, Luis Bonilla tomó las maletas a finales del 2018 para dar el salto a la Serie A italiana, la primera división del fútbol transalpino. Allí forma parte del grupo de metodología del Udinese, equipo de la región de Friuli-Venezia, donde le ha tocado vivir un confinamiento que ha paralizado prácticamente a todo el país. «El último entrenamiento fue el día 11. No está previsto que volvamos hasta el día 3 de abril. Pero no sé si se alargará. Veo un futuro incierto».

Confiesa que la situación en su zona no ha llegado al extremo de lo ocurrido en Lombardía, principal foco de contagio del COVID-19. «Estoy con la familia. Los niños tienen clases online. Intentamos hacer deporte y sacarle el lado positivo a esto. Por ejemplo, hablamos con ellos de educación sexual. Es mejor que se lo expliquemos nosotros antes que el amigo listillo del grupo», destaca el que fue el último entrenador del Noia en ganar la liga y ascender a Tercera.

«No podemos salir, pero hay que autoexigirse, el cuerpo pide y necesita actividad», destaca Bonilla, quien duda de que los chavales regresen al colegio: «Ahora decretaron la restricción total de actividad laboral, solo puede trabajar la industria de la alimentación y las farmacias. Creo que volverán a ampliar el tiempo de las restricciones. Nos queda más tiempo en casa de lo previsto en un primer momento. Además, los críos no creo que vuelvan a clase este curso».

«Siempre reclamamos tiempo para nosotros, para estar con los chavales y tenemos que aprovecharlo»

Explica cómo arrancó la crisis sanitaria en Italia: «Culturalmente, somos muy parecidos. Aquí comenzó en la zona del Veneto, Lombardía y la Emilia Romagna, pero se extendió con la huida de los casos, con la gente que se saltó las restricciones». Afirma que, aunque en un primer momento podían salir una hora a hacer deporte en el exterior, el gobierno decidió prohibirlo en todo el país «por el mal uso de estas libertades».

El deporte

Sobre la primera división del fútbol italiano, confiesa que las incógnitas son todas. «Hay varias opciones, pero ninguna segura. Podemos jugar miércoles y domingo cuando se reanude la liga, o disputar un playoff por el título. No sé cómo harán, cada día nos encontramos algo nuevo».

Aunque las incógnitas son prácticamente todas, Bonilla destaca que el «ánimo es bueno. La gente que conozco está tranquila. Siempre reclamamos tiempo para nosotros, para estar con los chavales y tenemos que aprovecharlo. Ahora más que nunca».

Para el técnico, siempre dado a confiar en el valor del grupo, este es el momento de que lo colectivo debe primar ante lo individual: «Sin generosidad no vamos a sacar el mundo hacia delante. Si no colaboramos entre todos, a las próximas generaciones no les va a quedar nada. No tendrán las mismas opciones que tuvimos nosotros. Hay que pasar del pensamiento individualista al altruista».

«Si no colaboramos entre todos, a las próximas generaciones no les va a quedar nada»

Después de su paso por el Noia y su salto a la cantera del Deportivo, Bonilla reconoce que los inicios en Italia no fueron sencillos. «Hasta que dominas el idioma es más complicado». Su misión en la élite del deporte transalpino es la misma que le pide ahora a la sociedad: «Que todos seamos capaces de colaborar para sacar los problemas adelante. Sea un partido o la batalla contra un enemigo invisible».