Empiezan a cancelarse pedidos para el verano

Toni Longueira / Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

SOCIEDAD

ANA GARCIA

Temor entre los empresarios del ramo de la construcción y auxiliares y de pirotecnias por las secuelas del COVID-19

25 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Poder pueden trabajar porque así se lo permite el real decreto aprobado por el Gobierno. Pero la realidad es que la carga de trabajo ha caído en picado desde que el coronavirus empezó a hacer mella, hasta tal punto que varias empresas del ramo de la construcción y de la pirotecnia empiezan a tener cancelaciones de pedidos para el verano.

Es el caso de la larachesa Artefogo, cuyo gerente, Manuel Cernadas, confirmó ayer que había presentado un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) para cinco empleados: «Non teño novos pedidos e os que tiña, canceláronse. Ademais traballamos para tres empresas, de Galicia, Asturias e Castela- A Mancha, que frearon unha serie de pedidos para o verán», apuntó. Y añadió: «Por non poder, non podo nin garantir a seguridade sanitaria dos meus empregados porque levo dende comezos de febreiro á espera dun pedido de máscaras da cara que aínda non chegou. E para min o prioritario son as persoas, e por iso é preferible que vaian para casa e logo xa veremos como facemos porque isto pinta moi mal para o sector».

De la misma opinión es Fernando Mancebo, gerente de la asesoría de empresas Estudio 20 de Cee: «O que nos transmiten varios clientes, sobre todo do sector da construción e da industria auxiliar, é que teñen cancelacións para os vindeiros meses e, por iso, dubidan en presentar un ERTE ou manter aos empregados. E, en función, de como arranque a actividade, unha vez rematado o estado de alarma, tomarán unha decisión, que podería ser o despido de boa parte das plantillas». Según Mancebo, y por lo que le transmiten sus clientes, las cifras del paro se dispararán en los próximos meses en la Costa da Morte.

«Aquí vai pedir un ERTE ata o cura»

Hablan empresarios, asesores y afectados 

Carmen Pose regenta el Hotel Rural A Torre de Laxe y ayer confirmó que había solicitado un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) para dos personas: «Teníamos un 50% de la ocupación garantizada, con cuatro y cinco noches, para la Semana Santa y todo eso se perdió. Y para mayo ya tenemos dos de las tres bodas pospuestas para octubre. La verdad es que está siendo un verdadero palo para el sector turístico».

Pablo Echegaray Busto, gerente de Garaysa Montajes Eléctricos, con sede en Bértoa, no tiene intención de presentar ERTE alguno: «Hemos sabido diversificar nuestra actividad y tenemos proyectos a largo plazo, que es lo que nos salva. De hecho, tenemos abierta la delegación de Fuerteventura porque estamos en la construcción de dos parques eólicos y una subestación eléctrica». Según el empresario, quien peor lo va a llevar son las empresas que tengan proyectos a corto plazo, porque está claro que estos proyectos sufrirán cancelaciones y ahí sí que puede haber un problema para el mantenimiento de las ratios de facturación y empleo». El carballés Diego Vázquez Reino fue claro en su argumentación: «Lo que me transmiten los empresarios no es que quieran hacer un ERTE por el coronavirus, sino que se preguntan cómo van a hacer frente a los pagos, sobre todo cuando se dé por finalizado el decreto de confinamiento y de estado de alarma».

En Elías Asesores de Baio ya tramitaron siete ERTE y las llamadas se suceden. No solo de autónomos del pequeño comercio y del ramo de la hostelería que desean tener información sobre cómo presentar un expediente, sino también de empresas de la construcción preguntando si pueden acceder a este tipo de ERTE. Y en Elías Asesores fueron muy claros ayer dado el actual panorama económico y sanitario en la zona: «Aquí vai pedir un ERTE ata o cura».

El precio del marisco y el pescado fino de desploma y sube el pulpo

Las lonjas de la Costa da Morte están sufriendo las consecuencias del cese de la actividad en la hostelería 

Las lonjas de la Costa da Morte están sufriendo las consecuencias del cese de la actividad en la hostelería. Hace ya días que los percebeiros cerraron sus bancos a la espera de mejores precios y en la última subasta en Laxe la centolla apenas llegó a 5 euros, un valor muy por debajo de lo que corresponde a esta época del año.

Lo mismo ha ocurrido con los conocidos como pescados finos, que consumen básicamente restaurantes y hoteles. lenguado ni siquiera llegó a los 8 euros en la zona, cuando lo habitual es que estuviera en torno a los 12 o 14. Lo mismo sucedió con el rodaballo, que solo alcanzó los 13, en tanto que la lubina no llegó a los 15. En general, la caída de precios fue de un 30 % y eso que al principio de la semana es cuando se dan las mejores cotizaciones. Algunas cofradías plantearon la posibilidad de salir a faenar solo cuatro jornadas a la semana, pero no hubo acuerdo.

Por contra, ha subido ligeramente el precio del pulpo. Ello es debido a que no hay grandes cantidades y buena parte va para congelar. Este producto no sufre de forma tan importante las oscilaciones del mercado.

También están manteniendo sus cotizaciones el pescado que se vende en las plazas de abastos y en los coches que van por la zona rural. La faneca se pagó a tres euros y la sarreta, a cuatro. En algunas rulas de la Costa da Morte están ya calificando las dos primeras jornadas de esta semana de «catástrofe total».