La brutal expansión del coronavirus: de 100.000 a 400.000 contagiados en todo el mundo en 17 días

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

Médicos y enfermeras trabajando en un hospital de Roma
Médicos y enfermeras trabajando en un hospital de Roma MASSIMO PERCOSSI | Efe

La Organización Mundial de la Salud alerta de la necesidad de producir más material sanitario

25 mar 2020 . Actualizado a las 12:12 h.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido clara en su llamamiento a los Estados de todo el mundo para que produzcan más material sanitario. La pandemia del COVID-19 cuenta con una acelerada evolución, tal y como se desprende de los datos que aportó su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Desde que se detectó el primer caso de coronavirus a nivel global, se tardó un plazo de 67 días en poder diagnosticar a un millar de personas, para pasar a un período de 11 días en el que se detectaron dos mil infectados. No obstante, el último lapso fue de tan solo cuatro días para identificar a 300.000 afectados de coronavirus. Con todo, el tercer indicador alude a la situación hace menos de dos días -los datos del domingo-, cuando se alcanzaron los 300.000 infectados en todo el mundo. Actualmente, dicha cifra de diagnosticados se sitúa en los 400.000, por lo que es apreciable la escalada que mantiene el número de positivos en COVID-19.

 

Con estos demoledores datos en la mano, el médico etíope volvió a referirse a la imperiosa necesidad de seguir las medidas de confinamiento y distanciamiento social para lograr frenar el avance de la pandemia, pero fue más allá y solicitó medidas «más agresivas y específicas». Entre ellas, propuso hacerle la prueba a toda aquella persona sospechosa de estar infectada, dar asilo y tratamiento a los diagnosticados y confinar a todo individuo que haya mantenido contacto estrecho con un paciente de coronavirus.

No se puede ganar un partido de fútbol sólo defendiéndose, sino que hay que atacar también»

«Los números son importantes porque son personas cuyas vidas, y la de sus familias, se han visto totalmente destrozadas, pero lo más importante de todo es lo que hacemos. No se puede ganar un partido de fútbol sólo defendiéndose, sino que hay que atacar también», anotó Tedros Adhanom, para destacar los avances en este sentido. Así, puso de ejemplo el trabajo realizado por distintos países para hacer llegar recursos a zonas afectadas por la epidemia, así como el envío de profesionales sanitarios y equipos de emergencia, estos últimos, esenciales para proteger al personal médico.

Proteger a los profesionales sanitarios

El máximo responable de la OMS también tuvo palabras para los profesionales de la sanidad, de los que recordó que solo podrán realizar su labor de una forma efectiva si cuentan con garantías de seguridad en el ejercicio de su trabajo. Tedros Adhanom señaló su preocupación por los «alarmantes informes» que demuestran que un porcentaje importante de estos trabajadores están contrayendo el coronavirus mientras cumplen con su función.

Adhanom advirtió de que todos los esfuerzos que se están realizando para rebajar la expansión de la pandemia podrían tener consecuencias «no deseadas», en caso de que los equipos de protección individual, así como de los materiales para su fabricación, escaseen: «Incluso si hacemos todo lo demás correctamente, si no priorizamos la protección de los trabajadores de la salud, muchas personas morirán porque el sanitario que podría haberles salvado la vida está enfermo». De esta forma, el director general de la OMS reforzó su llamamiento a los dirigentes de los diferentes Estados a que aumenten la producción de estos recursos y se eludan las prohibiciones en la exportación, para garantizar la igualdad a la hora de su distribución.

Tratamientos y «falsas esperanzas»

Tedros Adhanom también agradeció el esfuerzo que se está llevando a cabo en el ámbito de la investigación para conseguir un tratamiento eficaz contra el coronavirus, pero se mostró cauteloso al indicar que la aplicación de un fármaco sin evidencias científicas correctas, podría acabar produciendo «falsas esperanzas» en la población.

De nuevo se refirió al ensayo Solidarity -solidaridad en inglés- como la vía adecuada para conseguir una «evidencia sólida y de alta calidad» de forma veloz y animó a los Estados a sumarse al proyecto para agilizar los resultados de nuevas medicinas.