Los médicos jubilados de Ourense, al teléfono: «Estamos ilusionados y con ganas de echar una mano»

Pablo Varela Varela
Pablo Varela OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

Pepe Quiroga, portavoz de los médicos jubilados de Ourense
Pepe Quiroga, portavoz de los médicos jubilados de Ourense Miguel Villar

Facultativos de áreas como Pediatría o Traumatología aliviarán la carga de llamadas que llega a diario al CHUO

24 mar 2020 . Actualizado a las 15:19 h.

En Ourense, los médicos de ayer y también los del mañana ya han dado un paso adelante para ponerse a disposición del CHUO. Desde hace varios días, y por intermediación del Colegio Oficial de Médicos de la provincia, facultativos jubilados y jóvenes que han realizado el mir pero no tienen plaza han ofrecido sus servicios para oxigenar la carga de trabajo del Hospital Universitario, incluso en la atención telefónica.

Pepe Quiroga, portavoz de los más veteranos, bromea con que, durante los últimos días, su único trayecto diario va desde su casa a un supermercado en la calle Valle Inclán. Pero algo le arde por dentro. El viernes día 13, el presidente del Colegio de Médicos, José Luis Jiménez, sugirió en una reunión con el gerente del área sanitaria, Félix Rubial, la creación de un grupo de ayuda para solucionar dudas o consultas sobre el coronavirus. «Y empezamos a mover la idea en un grupo de WhatsApp de médicos jubilados», dice Quiroga.

De inicio, se sopesó la posibilidad de que, desde sus domicilios, en torno a 35 de ellos cubriesen los turnos de mañana y tarde recibiendo llamadas para resolver a los pacientes sus dudas con la patología. En todo caso, para dirigir el tiro, no para efectuar diagnósticos. «Entre nosotros hay médicos de familia, que son la primera defensa de todo el sistema, pero también muchos hospitalarios, traumatólogos, pediatras e internistas. Y todos con ganas de ayudar», añade Quiroga. Tras este proyecto en borrador, quedaron a expensas de una comunicación desde la residencia para recibir las instrucciones más mecánicas del proceso. «Sabemos que, en muchos casos, llegarían llamadas de preocupación sin un fondo clínico real, pero nuestra disposición es ayudar», indica el facultativo.

El lunes de la semana pasada, a media mañana, recibieron una notificación de que la Xunta había contratado a cerca de 100 personas para un call center, por lo que no requerían inicialmente su participación, pero la situación cambió este martes: «Nos ofertaron, ante la avalancha de llamadas que tienen, que diésemos un apoyo. Nos hemos anotado 30 y nos dividiremos en grupos de cinco por la mañana y tarde con una semana de pruebas y variaciones». Ellos valoran el ofrecimiento porque intuyen que, en medio de todo el jaleo existente, podrán aportar su experiencia. «Estamos ilusionados y con ganas de echar una mano, porque es algo que siempre hay que hacer y más cuando la sociedad necesita asistir a este tipo de cosas. Si se puede tirar de mano de obra de profesional, que se haga», concreta Quiroga.

Ahora, desde el 900 400 116, les derivarán las llamadas que se consideren pertinentes. Y Quiroga mostraba este martes su alegría: «Empezamos cinco 'jubiletas' desde las cuatro hasta las ocho de la tarde. ¡Qué nervios!».

Un ojo puesto en las pautas de Cataluña

Quiroga pone el ejemplo del Hospital Clínic de Barcelona en relación al procedimiento que han seguido para convocar a los recién licenciados. «Siempre son pioneros. Llamaron a estudiantes de Medicina que se habían ofrecido voluntarios. ¿Cómo funcionaron? Era gente que estaba preparada para recibir la información de los ciudadanos. Tal vez no para realizar un diagnóstico definitivo, pero cuando se le preguntaba por los tres o cuatro signos importantes que señalan el virus, como insuficiencia respiratoria, temperatura y tos, si detectaban algo dejaban la llamada en espera y llamaban a un residente de último año o a un adjunto para tomar la decisión definitiva», ilustra Quiroga.