El divertido cumpleaños feliz de Lucas en la llamada calle de la Alegría

Nieves D. Amil
NIeves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

SOCIEDAD

Capotillo

Así pasan el confinamiento en Arzobispo Malvar, en Pontevedra, ahora bautizada en el grupo de wasap del vecindario como «24,26,28 y 47, Rúa de Petete»

23 mar 2020 . Actualizado a las 17:16 h.

Muchos de los vecinos de Arzobispo Malvar apenas se conocían más allá de un hola y adiós hace una semana. El confinamiento les ha hecho inseparables, se han dado hasta el número de teléfono para hacer un grupo de wasap común: 24,26,28 y 47, Rúa de Petete. Y se llama así porque Ramón Pedras, Petete, es el alma del vecindario. Empezó poniendo el himno del Pontevedra y un par de canciones para animar a los vecinos mayores que viven solos y ha acabado por organizar verdaderas verbenas. El sábado fue una fiesta de disfraces, el domingo, como no, había que salir engalanados a los balcones y ventanas. Además era un día especial. Lucas cumplía 13 años. El joven vecino estaba de aniversario y a falta de quedada con los amigos, buenos son los vecinos.En Arzobispo Malvar las luces iluminaron la calle y entonaron un cumpleaños feliz que Lucas seguramente no olvidará jamás. La mítica canción de Parchís sonó con los coros de sus vecinos. «Cada día hay una historia, un motivo que nos obliga a pasarlo bien», confiesa una de sus vecinas, que reconoce que el confinamiento los ha acercado más que cuando eran libres.

Y es que en esta calle hay dedicatorias para los mayores, pero también para los más jóvenes, que poco a poco se fueron animando y como todos ya esperan la quedada diaria de 24,26,28 y 47, Rúa de Petete. Para poder hacer este grupo escribieron sus números de teléfono en folios y los fueron apuntando, ahora intentan sumar a los del final de la calle, pero la vista no les alcanza para poder anotarlos. Ya se las ingeniarán para hacerlo, como han hecho hasta ahora. «Ya nos llaman la calle de la alegría», dice Ramón Pedras, que prepara a petición del vecindario 10 canciones para el turno de mañana y otras 15 para el de tarde. Juan pardo, el himno gallego, el del Pontevedra o Leiva suenan en esta calle, que ha puesto de moda una fiesta que se prolonga hasta Madrid. María, una de sus vecinas, reconoce que su hijo es la envidia de sus amigos de Madrid. Y es que esta calle es ya la de la alegría. Trabajan para serlo cada día.