Algo que comparten todos los comerciantes consultados es que «tras el confinamiento la gente no va a salir a la calle como loca a comprar. Estoy segura de que la recuperación será lenta, porque no creo que la gente vuelva a consumir con normalidad. El miedo queda. Algunos comercios no volverán a abrir, y yo espero no estar entre ellos», razona Natali, de Os Mundos de Carlota. Villar también vaticina que «arrancar el motor de la economía y recuperar la confianza llevará tiempo. Y tampoco estábamos tan arriba».
Desde la Asociación de Veciños Raigame, del Ensanche, se ha pedido a los propietarios, tanto de locales como de pisos, que colaboren con los comerciantes y con los vecinos perdonando o reduciendo las rentas de los locales cerrados por el estado de alarma. Y también a las familias, que se verán afectadas por los despidos como consecuencia del freno en la actividad comercial en prácticamente toda la ciudad.