«Todavía falta mucha concienciación sobre la pandemia»

SOCIEDAD

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La centralita de San Xoán llegó a recibir 160 llamadas en una tarde con consultas de los ferrolanos

22 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La Policía Local es la principal destinataria de las dudas que se le plantean a los ciudadanos en la interpretación del decreto que establece las medidas aprobadas por el Gobierno central para tratar de frenar el avance de la pandemia del coronavirus y también las que puso en marcha la Xunta de Galicia, que en algunos casos pueden parecer contradictorias. De ahí la gran cantidad de llamadas solicitando información que se reciben en la centralita del cuartel de San Xoán, que en una sola tarde llegó a alcanzar el récord de 160 llamadas. C.G. es un jefe de servicio de la Policía Local ferrolana que reconoce que el lógico que surjan tantas dudas, porque «nunca nos hemos visto en una situación como esta». Los primeros días del confinamiento la mayoría de las dudas planteadas se referían a qué establecimientos podían abrir y cuáles no, cuántas personas podían ir en un coche o cuál es el procedimiento para los taxis. Después comenzaron a surgir otras más complejas, como qué ocurre con las visitas de los padres o madres de los hijos de parejas separadas o si un despacho de pan que también tiene cafetería puede servir cafés para llevar para casa. «A nivel estatal se dice que no, pero la Xunta dice que sí. Nosotros optamos por la medida más restrictiva, porque el café no es un producto de primera necesidad y nos parece que permitirlo sería desleal respecto a otros establecimientos», apunta este agente.

En cuanto al comportamiento de la gente en la calle, C. G. considera que todavía falta mucha concienciación. «A la gente le cuesta entender que el perro se pasea al lado de casa, que no se puede salir a hacer deporte y que los paseos que algunas personas mayores dicen que les recomendó el médico están prohibidos», manifiesta, añadiendo el caso de un vecino mayor del Ensanche que fue sorprendido por la avenida del Mar de Caranza.

En los establecimientos de venta de alimentación, que son los que están abiertos al público, la gente tampoco sigue las normas establecidas para evitar los contagios del virus. «Nos acaba de llamar el gerente de una gran superficie comercial para decir que no saben qué hacer, porque meten la cabeza todos juntos en los congeladores y frigoríficos para coger lo que quieren comprar, sin guardar ninguna distancia unos de otros», manifiesta este policía ferrolano. A su modo de ver, el problema del coronavirus «al principio se tomó un poco de coña y ahora se nota que un respeto, sobre todo por la gente mayor».