La directora de los Misioneros de Teis: «Tenemos a 71 personas en el centro de acogida y a 23 en el albergue»

e. v. pita VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

M. MORALEJO

La institución benéfica mantiene un aislamiento preventivo y los usuarios no pueden entrar ni salir; está habilitando habitaciones de confinamiento por si fuesen necesarias.

21 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La directora de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis, Soledad Pomar, hace frente a una tarea que requiere su máximo esfuerzo. Su institución de acogida y de albergue, con ofrece cuidados o alojamiento a un centenar de personas, se ha preparado en la última semana para cumplir las instrucciones emitidas por la Xunta relativas a las medidas a tomar para atajar la propagación del coronavirus.

Por ello, el centro de acogida inició un aislamiento preventivo el jueves día 5, en vísperas del real decreto de alarma. Han sido días de mucho trabajo que la directora resume así: «Estamos a mil». Trabajan duro para prepararse ante cualquier contingencia. 

Actualmente, están habilitando en una zona concreta del centro unas habitaciones de aislamiento por si son necesarias en un futuro para alojar a algún enfermo, evitar contagios y no saturar los centros sanitarios. La Fiscalía de Vigo, que vela por los más desvalidos, telefoneó ayer a la institución benéfica de forma rutinaria para saber si en el centro necesitan algún recurso en concreto e interesarse por si todo marcha razonablemente bien.

La responsable de esta institución benéfica explica que, debido al estado de alarma, los residentes han tenido que cambiar sus hábitos, algo que es dificultoso. Se trata de usuarios que antes salían del centro por la mañana a comprar tabaco o pasear y ahora tienen que permanecer aislados sin salir por una cuestión preventiva para mantener su salud, al igual que están haciendo los demás ciudadanos confinados en sus casas.

Pomar explica que, mientras dura el aislamiento preventivo, «organizamos actividades lúdicas» para personas que tienen muchas vulnerabilidades. De trasfondo, hay entender la gravedad de la pandemia y las medidas para atajarla.

La directora recalca que uno de los grandes inconvenientes con los que se han topado es que no siempre disponen de las oenegés que les aprovisionan, pues alguna estuvo cerrada durante el puente sin que ello les haya supuesto ninguna incidencia. «Nos gustaría ofrecer el mejor servicio posible pero estamos desbordados de trabajo», explica.

Añade que todos cumplen las medidas ordenadas por el gobierno, y que ella misma está trabajando con una mascarilla de autoprotección. Todo el personal protege la cara y usa guantes.

«Tenemos ahora mismo 71 usuarios en la casa de acogida y 23 en el albergue, los cinco últimos llegados en las últimas horas», explica la directora. El perfil del alojado es el de un sintecho habitual que se mueve rotando de albergue en albergue por Vigo. Pero es posible que en breve lleguen caras nuevas

La directora recuerda que una de las cuestiones más difíciles que tienen con los usuarios a su cargo es que hay que cambiar los hábitos de una gente que es vulnerable y algunas que padecen patologías. «Hay gente que no quiere estar encerrada pero todos hacemos lo posible para contener el coronavirus», afirma.

Soledad Pomar añade que «llevamos unos días que estamos a 7.000, preparando la comida, y atendiendo a las personas». A ello se suma que ya no cuentan con la mano de obra solidaria que colaboraba con ellos debido a que tienen que estar confinados en sus casas. «Se cortó el voluntariado. Si en condiciones normales estábamos a mil ahora estamos a 7.000; tenemos que hacer un esfuerzo mayor», dice Rutinas como, por ejemplo, lavarse siempre las manos les ocupa un buen tiempo pero es necesario para extremar las medidas.

«Los usuarios están inquietos por las noticias pero los residentes no pueden salir porque se han adoptado las medidas preventivas que comunicó la Xunta», dice. Pomar recuerda que hay algunas restricciones como la limitación de visitas. Prácticamente, solo se permite el paso de los camioneros que traen las mercancías, los cuales deben ir provistos de mascarillas.

La directora señala que ayer recibieron hasta siete llamadas de personas, posiblemente sin recursos, que preguntaban si su centro repartía alimentos pero esta institución no hace ese servicio. Sugiere que una solución sería canalizar estas peticiones a Cáritas o los servicios sociales del Concello. El Ayuntamiento, desde hace años, les encargó entregar alimentos a 75 personas, lo que ya están cumpliendo.

Una de sus preocupaciones es contratar más personal por temor a que caiga enferma su plantilla, compuesta de 24 empleados. Está pendiente de saber si la Administración pondrá en medidas para ayudar a contratar personal. Ya han reforzado su plantilla con una nueva limpiadora, ya que su tarea ahora es más esencial que nunca. «Todo lo que podamos hacer lo vamos hacer porque si nosotros, los cuidadores, nos ponemos enfermos va a ser difícil que alguien nos haga el relevo», advierte.

La directora añade que «nos estamos abasteciendo sin problemas, no tenemos desabastecimiento, hay medicamentos y productos higiénicos. Pero tenemos un montón de trabajo para hacer».

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Trabajadores

La plantilla de cuidadores se ha reforzado con la contratación de un nueva persona para tareas de limpieza.

«Si los cuidadores caemos y nos ponemos enfermos, será difícil que nadie nos releve»