La expectativa de años de vida con calidad, el criterio principal para el ingreso en la uci

LA VOZ REDACCIÓN

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Expertos médicos han elaborado una guía ética para valorar el ingreso de pacientes en las unidades de cuidados intensivos en caso de colapso

21 mar 2020 . Actualizado a las 02:42 h.

Galicia cuenta con 274 camas en unidades de cuidados intensivos (UCI) y el Sergas sigue intentando habilitar más plazas. Pero los expertos médicos trabajan ya con distintos escenarios, y no descartan que la expansión del virus lleve a situaciones más complejas en el conjunto de España, en las que haya un desequilibrio entre el número de pacientes críticos y los recursos disponibles. Con el fin de estar preparados, la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias ha publicado un documento con recomendaciones éticas para la toma de decisiones «en la situación excepcional de crisis por pandemia COVID-19», que fija criterios a tener en cuenta a la hora de decidir si un enfermo debe ingresar o no en la UCI.

BENEFICIO

Reversibilidad. La posibilidad de que un paciente salga adelante es siempre el criterio principal. «Siempre debe existir un beneficio grande esperable y reversibilidad», marca el documento

riesgo

Expectativas mínimas. Entre las recomendaciones generales está la de no ingresar a personas en las que se prevé un beneficio mínimo, como aquellas en situaciones de fracaso multiorgánico establecido, riesgo de muerte calculado por escalas de gravedad elevado, o cuyas condiciones de fragilidad puedan empeorar por el propio ingreso en UCI.

expectativa de vida

Inferior a dos años. El texto recomienda valorar cuidadosamente el beneficio de ingresar a pacientes con una expectativa de vida inferior a 2 años.

CALIDAD DE VIDA

Priorizar. Se tendrá en cuenta un indicador combinado del estado de salud, conocido como AVAC, que aúna cantidad y calidad de vida, priorizando la mayor esperanza de vida con calidad. Este indicador ya se usa, por ejemplo, a la hora de valorar la conveniencia de una intervención quirúrgica de riesgo.

Se apunta, también, que en personas mayores se deberá tener en cuenta la supervivencia libre de discapacidad por encima de la supervivencia aislada. Es decir, no solo si sobrevive, si no en qué condiciones.

edad biológica

No es cuestión de años. Los expertos que han elaborado la guía aclaran que la simple edad no es un criterio determinante, sino que se pone en relación con otros. En ese sentido, contraponen el criterio de edad cronológica (años cumplidos) al de edad biológica, relacionada con el grado de envejecimiento del organismo y el estado de los órganos de una persona con respecto a los patrones estándares para una determinada edad.

comorbilidad

Otras patologías. Las otras enfermedades o trastornos que el paciente pueda padecer también se tendrán en cuenta. Así, no se recomienda intubar para ventilación mecánica invasiva a mayores de 80 años con otras patologías añadidas, ni a personas de entre 70 y 80 con patologías moderadas-graves como por ejemplo EPOC, cirrosis o insuficiencia renal crónica. Tampoco se baraja para pacientes con deterioro cognitivo, por demencia u otras enfermedades degenerativas.

valor social

Y personas a cargo. El documento pide «valorar al paciente de forma global y no la enfermedad de forma aislada». En esa línea, se anima a tener en cuenta factores no estrictamente médicos como «las personas a cargo del paciente» o el «valor social» de la persona enferma.

voluntades previas

Conocer y respetar. La guía recuerda que no hay que ingresar a pacientes que han dejado voluntades anticipadas en las que rechazan cuidados intensivos.

Apoyar la toma de decisiones difíciles y evitar «estrés moral» a los sanitarios

«De momento no se puede decir que haya colapso en las UCI españolas, en general, aunque hay hospitales que ya están en una situación complicada. Tenemos que prepararnos para que no nos pille por sorpresa», apunta Pedro Rascado, médico del CHUS y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, promotora de la guía. Por ello, este doctor defiende el uso de un criterio «estricto» de ingreso en estas unidades. Criterios que, por cierto, ya se venían utilizando, pero que ahora se han recogido en un documento para facilitar la toma de decisiones difíciles que pueden suponer una situación de «estrés moral» para los profesionales sanitarios.

En este sentido, el escrito recomienda que, en la medida de lo posible, se revise la situación de todos los pacientes hospitalizados y se consigne en su historia clínica si, en caso de necesitarlo, estaría recomendado su ingreso en una UCI.

Los intensivistas que han elaborado el documento prevén un «desequilibrio temporal» entre las necesidades clínicas y los medios disponibles a causa del coronavirus, por lo que consideran «lícito» establecer un «triaje» de ingreso de los pacientes, basado «en el principio de justicia distributiva» y evitando seguir el criterio de «el primero en llegar, el primero en ingresar»

Consideran que una situación «excepcional», como la que se puede generar, se debe manejar como las situaciones de «medicina de catástrofe».

El documento apunta que la modificación de criterios por unos más restrictivos «está justificada solo después de haber hecho todos los esfuerzos posibles para aumentar la disponibilidad de camas de cuidados intensivos», y resalta que los pacientes a los que se apliquen esos criterios «deben recibir información sobre lo extraordinario de la situación y las medidas adoptadas». Advierte también que es necesario garantizar un plan de atención paliativa para los enfermos en cuyos casos se desestime el ingreso en UCI.