La vuelta a casa, un tortuoso campo de minas para muchos gallegos

La Voz REDACCIÓN

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El regreso de países como Filipinas, Guatemala o Australia, una odisea para cientos de gallegos bloqueados por el coronavirus

20 mar 2020 . Actualizado a las 08:09 h.

Cientos de gallegos han añadido un factor más a la complicada ecuación de salir del atolladero provocado por el coronavirus. Alejados a miles de kilómetros de sus lugares de residencia intentan regresar a casa como pueden, sorteando fronteras cerradas, vuelos cancelados e incluso con muchos problemas para encontrar un hotel o un apartamento donde poder descansar. Son historias cargadas de dramatismo, pero siempre hay luz al final del túnel.

Ricardo, Mónica, su cuñado y su hermana ya la han visto. Estos cuatro residentes en Sanxenxo (Pontevedra), que quedaron atrapados en Filipinas durante el cierre del país por la pandemia del virus, se pudieron subir por fin a un avión el jueves por la mañana. Después de muchos cambios de planes en estos días, lograron plazas para los cuatro en una ruta que empezó en la isla de Cebú, a donde lograron llegar desde la isla de Palawan donde les cogieron por sorpresa los planes contra el coronavirus, hasta la isla principal de Filipinas, con parada técnica en el aeropuerto internacional de Clark.

El periplo previsto por medio mundo los llevará, si no hay cambios o sorpresas de última hora, a Dubái, en la península arábiga, y finalmente a Bruselas. Desde la capital belga confían en que será más fácil poder conseguir regresar a Galicia. Ricardo explicó que el avión está casi lleno y que se encontraban «súper contentos». No tienen miedo de regresar a España porque ya se imaginan con lo que se van a encontrar.

En este grupo de afortunados están también Alex Martínez y Maite Valina, de tránsito hacia La Habana para volar a Madrid, después de lograr embarcar en un avión desde Santo Domingo tras días bloqueados y sin esperanza.

Atrapados en tres países

Menos suerte están teniendo, por ahora, Ana Fernández Vilar, vecina de Sanxenxo, y Ana Isabel González Vallejo, de Meaño, dos gallegas que se encuentran entre el numeroso grupo de españoles que está intentando salir de Tailandia desde hace dos días, cuando las autoridades del país asiático empezaron a adoptar medidas que aconsejaron a las dos pontevedresas a hacer las maletas para volver a casa. Ellas lograron un vuelo hasta Bangkok, la capital del país asiático, pero no han conseguido todavía un avión que las traslade a Europa. En el aeropuerto hay numerosos españoles más. Todos están con el mismo problema, sin salida aparente a corto plazo.

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En una situación parecida se encuentra la cooperante gallega Lucía Rial, atrapada en Guatemala sin poder regresar. Se encuentra en una granja escuela en la ciudad de Coban, a cuatro horas de la capital del país y «está muy bien, porque está siendo arropada por la comunidad en la que estaba trabajando», explica su madre, Judith Lucachesky, presidenta de la oenegé Manos Unidas de Santiago. «Nuestra indignación va por el «abandono» por parte del Estado, que en ningún momento se ha puesto en contacto con ella, y a nosotros nos responden de forma absurda», manifiesta.

Daniel Lamas, un vecino de A Coruña afincado temporalmente en la ciudad australiana de Brisbane, es uno de los casi 200 españoles que buscan una solución para regresar del país oceánico. Lamas trabaja en el sector hostelero y llegó con un visado de estudiante que dura tres meses y medio, pero las dudas sobre qué pasará en Australia si la situación se torna semejante a la de países como España o Italia le ha llevado a estar alerta por si se queda sin empleo. Sin embargo, se han topado con la saturación que sufre la embajada, situada en Sídney. «Nos indicaron que, si vemos que vamos a tener problemas de solvencia económica durante este tiempo, que nos volvamos cuanto antes. Pero los correos no los consiguen responder porque están hasta arriba», dice. Su preocupación es la misma que ha llevado a otros españoles asentados allí a poner en marcha un grupo de WhatsApp por el cual intentan organizarse para llevar a cabo su vuelta a casa. «A dos de ellos, la embajada les ha pedido que recauden información sobre quiénes queremos irnos y ver cómo proceder. Y a la gente que ya tenemos vuelo y también miedo a que nos lo cancelen nos indican que hablemos con la aerolínea directamente», cuenta.

Mientras, en el consulado español en Brisbane, se remiten a que la solución debe llegar de Sídney. «Queríamos saber si la recomendación era seguir comprando billetes aún sabiendo que quizá nos lo anulen o nos quedaremos estancados a medio camino entre Australia y España, pero también si van a intentar hablar con alguna aerolínea para darnos una opción segura y que sepamos que vamos a llegar. No estamos pidiendo que se nos costee la vuelta, pero sí saber que pagaremos por un trayecto entendiendo que regresaremos», pide Lamas.

Los problemas para volver a casa también se producen en España. Dos coruñeses, Keka Regueiro y su pareja, Jesús Loureiro, están bloqueados en el aeropuerto de Fuerteventura, sin opciones para poder abandonar la isla, por lo menos hasta la semana que viene. 

Información realizada con las aportaciones de: Marcos Gago, Joel Gómez, Pablo Varela y Manuel Costoya

Colocan furgonetas en la pista para impedir el aterrizaje de un avión de Iberia en Ecuador

La Fiscalía General de Ecuador anunció la apertura de una investigación tras la decisión de la alcaldesa del municipio de Guayaquil, Cynthia Viteri, de impedir el miércoles el aterrizaje de un avión de Iberia procedente de Madrid en el aeropuerto local colocando decenas de vehículos de titularidad municipal en la pista. El aparato volaba sin pasaje, solo con los once miembros de la tripulación que iban a recoger a 65 españoles que se encontraban el aeródromo para su regreso a España. Sara Velo y Aloia Fernández, de Bueu, están entres ellos. «Ahora Iberia por motivos de seguridad, lo cual es comprensible se niega a volar y nuestro avión está parado en Quito sin poder ser utilizado». explicaron a Marcos Gago.